Poli bueno, poli malo

 El permanente juego de "poli bueno, poli malo" (Obama frente a Strauss-Kahn, Corbacho frente a Fernández Ordóñez...) es la mejor[…]

 El permanente juego de "poli bueno, poli malo" (Obama frente a Strauss-Kahn, Corbacho frente a Fernández Ordóñez...) es la mejor prueba de que esto está muy lejos de haber terminado.

Cierto, el Ibex se ha recuperado un 30% desde mínimos y el sentimiento general en todas las bolsas es ahora mucho más positivo que cuando, hace apenas mes y medio, pensábamos que el mundo se hundía sin remisión. Pero la tensión entre los mensajes positivos y los negativos ilustra que la enfermedad está claramente identificada, aunque no hay coincidencia en el diagnóstico sobre el periodo de convalecencia y recuperación. Lo cual deja abierta la posibilidad de nuevos ataques de fiebre. Los habrá, seguro. Quizás no volvamos a un pesimismo tan extremo como el que arrastró a las bolsas a sus mínimos anuales, pero bien podríamos quedarnos cerca.

El director gerente del FMI acaba de vaticinar que 2009 será "un año horrible" y que 2010 es una gran incógnita. Su expresión me recuerda a la que, hace pocos días, un destacado analista fundamental y colaborador de "Mi Cartera de INVERSIÓN", Alejando Scherk, empleó en su conferencia en Bolsalia para referirse a los resultados empresariales del primer trimestre: en su opinión serían "terroríficos". Y no es hombre caracterizado por su desmesura verbal, sino más bien por todo lo contrario.

Aunque algunos resultados de la banca americana hayan gustado, no han sido más que un aperitivo. La cascada siguiente de datos -a ambos lados del Atlántico- sin duda provocará más de un susto en los índices.

Por tanto, quédense con ambos mensajes, el del "poli bueno" y el del "poli malo", porque lo cierto es que ambos tienen razón: algo de luz se ve, pero aún no ha amanecido.

En portada

Noticias de