Oportunidades y riesgos de la vacuna financiera española

Debilidades: Es una intervención en la economía mucho más profunda que la de Estados Unidos. Comparado en términos proporcionales al[…]

Debilidades: Es una intervención en la economía mucho más profunda que la de Estados Unidos. Comparado en términos proporcionales al Producto Interior Bruto (PIB) de cada país, España ha destinado un 4,1% de su potencial económico a esta intervención estatal. En el caso de Estados Unidos, ha sido del 3,7%. Ya se decía que el plan Bush era un rescate desproporcionado y España no está precisamente en las mejores condiciones para afrontar este gasto.

Amenazas: Las cuentas del Estado se pueden echar a temblar. Al 1,9% de déficit previsto en los Presupuestos Generales para 2009 no le van a sentar nada bien estos 50.000 millones de euros "extra". A caída del Impuesto de Sociedades, del IVA y, en parte, del IRPF -amortiguado por no haber deflactado el IPC-, se une una nueva excusa para descuadrar aún más las cuentas. Y recordemos que Europa comienza a castigar a los Estados miembros que acumulen un déficit superior al 3% de su PIB.

Fortalezas: No es un dinero destinado al capital de las entidades, como ocurre en Estados Unidos, sino a inyectar liquidez al sistema. El Estado comprará activos sanos -como cédulas hipotecarias- a los bancos. Esto, les permitirá a las entidades respirar y lograr un dinero que es cada vez más difícil conseguir en el interbancario.

Oportunidades: Con una banca más "cómoda" y algo más tranquila, el grifo de los créditos puede abrirse un poco más. Ése es el objetivo del Gobierno, aunque está por ver que realmente se cumpla. En un contexto de desconfianza internacional, que nadie se sorprenda si los bancos y cajas aprovechan esta nueva vacuna para guardar fondos y esperar a que el temporal escampe, mientras pymes y consumidores (sobre todo las primeras) siguen pidiendo financiación para subsistir.

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