Moncloa maniobra para evitar el cierre nuclear

El lobby atómico está de enhorabuena. José Luis Rodríguez Zapatero está repensando el cierre nuclear
que colgó en su programa electoral. Se trataba de ir más
allá del "nucleares, no gracias" que acuñó Felipe González en las
elecciones del 82; y que, con el "Otan de entrada NO", fue uno de los
eslóganes que dieron a los socialistas el primer Gobierno democrático
tras la dictadura. Desde entonces
el lobby nuclear (no se engañe, los de siempre: Endesa, Iberdrola, Gas
Natural) ha andado de capa caída, tratando de suspender la moratoria
nuclear sin éxito alguno.

Sin embargo,
la crisis económica está cambiando muchas directrices que se marcó el
presidente Rodríguez Zapatero a su llegada a La Moncloa. Primero han
sido los recortes a su política social: reforma laboral, pensiones,
cheque bebé, ayuda de los 400 euros... Ahora, le toca al medioambiente,
otro de los principales estandartes electorales de ZP, que proponía el
hiperdesarrollo de las energías alternativas: solar, eólica y biomasa.
Lo cierto es que ningún experto dudaba ya de que el final nuclear se
avecinaba en España, tras la decisión de cerrar Garoña (Burgos), tomada
el pasado 4 de julio. Aunque eran incapaces de dimensionar las
consecuencias de éste en la factura energética del
país.

La decisión de Garoña se aprobó contra viento y marea. A pesar de
los informes técnicos (entre ellos de la CNE) que apoyaban la extensión
de la vida útil de la central y que se suponía sería un modelo para las
otras instalaciones que se aproximan a los 40 años. Sin
embargo, el Gobierno acaba de dar autorización para que se "repotencien"
(aumentar los megavatios producidos) Almaraz I y Almaraz II (Cáceres).
No es muy coherente potenciar la siguiente central en el calendario de
cierre. A no ser que Zapatero esté repensando suspender el cierre de las
centrales para no dañar más los balances de las eléctricas y que los
recibos de la luz sigan subiendo en los próximos meses, después del
aumento de 10% en enero. Lo que supondría un cambio de rumbo en la
política nuclear del que a buen seguro no es ajeno el ministro Miguel
Sebastián, defensor de esta energía desde que ocupara la dirección de la
Oficina Económica del Presidente del Gobierno. Los recientes recortes a
las energías renovables, también avalan esta
suposición.