Los indios no tienen billetes con que pagar
La súbita reiterada de los valores más comunes de papel moneda provoca una grave crisis social
Imagine que de un día para otro se retirasen los billetes de 200 y de 500 euros. Seguramente, la medida no tendría gran repercusión porque rara vez se utilizan en transacciones corrientes. Pero, ¿y si el billete de mayor valor fuese el de 20 euros, gran parte de la población no contase con una cuenta corriente, y se anunciase súbitamente que junto al de 10 euros ya no son de curso legal?Las consecuencias de eso no hay que imaginarlas, porque es lo que está sucediendo en India con el agravante de que el Gobierno no ha imprimido ni distribuido suficientes nuevos billetes como para hacer frente a la ingente demanda de 1.200 millones de habitantes.
La polémica decisión la anunció el primer ministro, Narendra Modi, en un discurso televisado el pasado día 8, horas antes de que, como dijo el propio Modi, los billetes de 500 y de 1.000 rupias -los de mayor valor, equivalentes a 7 y 14 euros-, dejasen de ser de curso legal para convertirse en «meros trozos de papel». Sólo algunos servicios indispensables, como hospitales o medios de transporte, los aceptarían durante un período de gracia de 72 horas.
Después se podrán canjear en bancos hasta final de año, y hasta el 31 de marzo de 2017 en el banco central. Pero, para más inri, las entidades cerraron sus puertas el día 9, lo cual provocó un ataque de pánico entre la población y el colapso de gran parte de las actividades económicas. Modi pidió calma y aseguró que a partir del día 10, los indios podrían cambiar sus billetes viejos por dos nuevos diseños de 500 y de 2.000 rupias. Mintió.
Diez días después, el caos continúa. El dinero en efectivo sigue siendo en India la principal forma de pago, con una gran diferencia sobre las tarjetas. De hecho, sólo el 53% de los adultos cuenta con una cuenta corriente, y el Banco Mundial afirma que el 43% de esos -unos 200 millones de personas- no ha realizado ninguna operación en los últimos 12 meses. Teniendo en cuenta el bajo valor facial de los billetes, las principales víctimas son las clases más desfavorecidas con mayor número de habitantes viviendo por debajo del umbral de la pobreza.
Millones de personas continuaban este sábado haciendo cola frente a los bancos de todo el país para tratar de cambiar dinero a pesar de que las sucursales están desabastecidas. «Cada banco da una excusa diferente para no cambiar dinero, es muy frustrante y una enorme pérdida de tiempo», se quejaba el viernes Rajan Ansuia, un joven de la provincia de Andhra Pradesh que esperó tres horas para ser atendido en una oficina del Icici Bank. En vano, porque ya no tenían dinero. Por su parte, turistas de todo el mundo se enfrentan a la misma falta de papel moneda, por lo que se les conmina a que utilicen la tarjeta.
Consecuencias imprevisibles
Ese último es un contratiempo mínimo si se compara con el de las decenas de miles de trabajadores inmigrantes, sobre todo de países como Nepal, Sri Lanka y Bangladesh, que han visto cómo sus ahorros han perdido todo su valor. Y una nadería si se tiene en cuenta que la prensa local informa incluso de una treintena de muertes causadas directa o indirectamente por la desmonetización. Según el diario 'The Indian Express', algunos fallecieron por el 'shock' que les provocó la noticia, mientras que otros sucumbieron al cansancio de hacer cola, se suicidaron o incluso fueron asesinados. «Modi ha hecho estragos en India», tituló, rotundo, un editorial el periódico británico 'The Guardian'.
Las cifras de la operación dejan en evidencia su enorme envergadura. El Banco de la Reserva de India tendrá que destruir 22.000 millones de billetes, de los cuales 6.300 millones son de la denominación más alta. Por otro lado, para compensar esta pérdida, el banco central tendrá que imprimir 141.800 millones de nuevos billetes de 100 rupias, el más utilizado en el país de Gandhi. «Los ricos no se verán afectados, ya que las fortunas que han amasado de forma corrupta han sido convertidas en acciones de Bolsa, oro, o bienes inmuebles», analizó 'The Guardian', haciéndose eco de una de las grandes críticas que ha recibido Modi.
La boda tiene bula
El primer ministro justificó la desmonetización con la necesidad de «combatir la corrupción, la evasión fiscal y el dinero negro», y añadió que el objetivo de acabar con la economía sumergida -que se calcula en torno al 20% del PIB- es, precisamente, lo que ha requerido que la medida se decidiese en secreto y se tomase de un día para otro. Sin embargo, mientras la población apenas puede retirar el equivalente a 50 euros en efectivo, la gran boda de Brahmani, hija del millonario Gali Janardhan Reddy, ha costado 70 millones de euros. Al lado de esa cifra no son nada las 250.000 rupias (3.470 euros) que se permite retirar a quienes se casan estos días, porque el dinero en efectivo es vital.
Este dispendio sin límite ha provocado tanto asombro como rabia, y demuestra la ineficacia de una medida que India ya tomó en 1978. Entonces sólo retiró el 1,8% del valor total de los billetes en circulación, mientras que en esta ocasión es el 86%. Además, como apunta 'The Times of India', hace 38 años «la desmonetización no sirvió para combatir ni la corrupción ni el dinero negro». Eso sí, aquel proceso culminó con la misteriosa desaparición de 160 millones de rupias, que equivaldrían actualmente a unos 2.190 millones (30,4 millones de euros).
Parece un resultado muy modesto para poner al país patas arriba en pleno siglo XXI, pero ya hay quienes consideran que Modi tiene otro objetivo: darle ventaja a su partido en las elecciones del Estado de Uttar Pradesh, ya que los partidos se financian en ocasiones con donaciones poco transparentes en efectivo.