Liberalismo ficción

-Un banco británico es tan liberal, tan liberal, tan liberal, que no quiere aceptar dinero procedente del Gobierno de Londres...[…]

-Un banco británico es tan liberal, tan liberal, tan liberal, que no quiere aceptar dinero procedente del Gobierno de Londres... pero abre los brazos a un fondo soberano de un estado árabe... famoso por su avanzada democracia y su economía liberal.

-Una gran empresa gasista semipública, de un país en mutación acelerada hacia el capitalismo salvaje (presidido, por cierto, por quien hace poco era presidente de la gasista), no sólo usa el gas como arma política cuando le interesa a su Gobierno, sino que además es tan liberal, tan liberal, tan liberal (a la vez que, insisto, semipública y monopolística) que quiere aprovechar el libre mercado para comprar un buen paquete de una petrolera europea no hace mucho privatizada.

-La propietaria de este paquete de la petrolera europea, una inmobiliaria con problemas, dice que sólo lo venderá al precio que lo compró, aunque en bolsa ahora cotice a la mitad. Pero seguro que sus responsables se declaran muy liberales y defensores del libre mercado... siempre que éste no decida que ahora valen 14 euros unas acciones que esa compañía compró por 27.

-La presidenta de una comunidad autónoma española es tan liberal, tan liberal, tan liberal, sobre todo en urbanismo, sanidad y educación, que afirma que Franco era socialista.

Hace muy poco tiempo, estas breves historias hubieran parecido parte de una desternillante comedia. Pero leídas ahora, no dan risa, sino pena. Porque son ciertas.

 

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