Las claves de la semana
Entre las esperanzas de más apoyo de los bancos centrales y la incertidumbre sobre cómo evolucionará la disputa comercial entre Estados Unidos y[…]
Entre las esperanzas de más apoyo de los bancos centrales y la incertidumbre sobre cómo evolucionará la disputa comercial entre Estados Unidos y China, vale la pena echar un vistazo a las expectativas que descuentan los precios del mercado. Es particularmente llamativo el fuerte retroceso de los rendimientos de la deuda pública, que, en el caso de la alemana de vencimientos más largos, ha incluso alcanzado mínimos históricos. Desde Allianz hacen un repaso a las noticias que han marcado los mercados y a las que lo marcarán.
El hecho de que los inversores del mercado monetario estadounidense esperen que los tipos de referencia de los fondos de la Fed sean 100 puntos básicos más bajos en julio de 2020 refleja un panorama económico bastante pesimista en los próximos meses: sin una nueva desaceleración del crecimiento, las autoridades de política monetaria no querrán «malgastar» el margen de maniobra, ya muy limitado, para tomar medidas de apoyo. En cambio, en lo que respecta a la renta variable, los niveles en torno a máximos históricos de muchos índices estadounidenses y unas tasas de crecimiento porcentual de dos dígitos desde principios de año permiten esperar una reactivación de la dinámica de beneficios en los próximos trimestres; además, las perspectivas de prontas rebajas de los tipos deberían de justificar unas valoraciones nuevamente más altas.
No obstante, un análisis más atento también revela escepticismo sobre el crecimiento en el mercado de renta variable: aparte de los valores del sector tecnológico como motor de crecimiento, el mercado ha tenido un buen
comportamiento principalmente gracias a los sectores defensivos, como los de empresas de suministros públicos y productores de alimentos; en cambio, las industrias más sensibles a la coyuntura, como los de materias primas, el químico y el del automóvil, han tenido un comportamiento bastante más flojo. Al mismo tiempo, los inversores en renta variable parecen estar dispuestos a asumir unas primas de valoración más altas para factores como la estabilidad de los beneficios y la calidad del balance.
Asimismo, con las primas de la deuda corporativa inferiores al promedio, los mercados de capitales descontarían una desaceleración económica que los bancos centrales podrían contrarrestar de manera
rápida y efectiva, de modo que los riesgos de recesión e impago permanecerían bajos. Se trata de una línea muy delicada. La perspectiva de hacer frente a un bache en el crecimiento con la vieja receta de los estímulos
de política monetaria impulsa particularmente, debido a una disminución de los tipos de interés reales, las monedas alternativas sin un rendimiento: mientras que algunos, debido a un sentimiento de incomodidad,
se inclinan por el oro como un seguro, otros lo interpretan como una invitación para inversiones muy especulativas en criptomonedas, como el bitcóin (véase el gráfico de la semana).
En la próxima semana, los inversores primero asimilarán el desenlace de la cumbre del G-20 en la ciudad japonesa de Osaka, especialmente el progreso de las conversaciones entre Donald Trump y Xi Jinping. El escenario de riesgo de un fracaso de las negociaciones y la introducción de nuevos aranceles sobre las importaciones de productos chinos aumentaría especialmente los riesgos bajistas para la economía mundial, pero
también la disposición de los bancos centrales a estimularla. Con este telón de fondo, se prestará particularmente atención a la evolución del balance comercial estadounidense (miércoles), además del
informe del mercado de empleo de junio (viernes).
Por otra parte, se pondrá el foco en los índices de gestores de compras del sector manufacturero (lunes) y el de servicios (miércoles). En particular, la confianza de la industria manufacturera de EE. UU. ha registrado
un notable deterioro últimamente, y solo se ha recuperado muy ligeramente en regiones como la zona euro y China.