La incertidumbre política perjudica la inversión en España, según Coface

La incertidumbre política que vive España, tanto por la falta de un Gobierno estable como por las aspiraciones independentistas de Cataluña, están retrasando o paralizando la toma de decisiones de inversión empresarial en el país, según la compañía francesa de seguro de crédito Coface.

"La incertidumbre produce una mayor situación de riesgo y eso es lo más antagónico para la inversión", ha señalado el consejero delegado de Coface en España y Portugal, Marcelino Moneo, en un encuentro con medios de comunicación en Barcelona, donde la firma gala ha celebrado su Conferencia Anual sobre Riesgo País.

Moneo ha añadido que "hay inversiones que se están posponiendo o que no se están realizando" a la espera de que se clarifique la situación política en España.

No obstante, la directora de Riesgo País de Coface, Marie Albert, ha precisado que si bien el factor político es un riesgo para España, no es el principal.

En su opinión, el mayor problema que afronta el país es su elevado grado de endeudamiento, hasta el punto que la deuda pública de España superó ayer por primera vez en el último siglo el 100 % del PIB.

Coface ha reunido a unos 200 profesionales en Barcelona, donde ha presentado su último informe mundial sobre riesgo país, en el que analiza las principales debilidades y fortalezas de 160 países de todo el mundo, entre ellos España.

El documento destaca que España ha crecido de forma notable en el último año gracias a la recuperación de la demanda interna y a la buena marcha de las exportaciones, a la vez que ha empezado a reducir su tasa de desempleo, pese a que sigue siendo muy elevada.

Como aspectos positivos de la economía española, Coface hace hincapié también en las reformas estructurales llevadas a cabo en los últimos años, como la financiera o la del mercado de trabajo, su potencial turístico y la "alta calidad" de sus infraestructuras.

La compañía, no obstante, dedica un apartado a la situación política española, marcada por la fragmentación de los partidos y la imposibilidad de formar un nuevo Gobierno tras las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 y la creciente "presión de los separatistas catalanes".