Grecia aprueba la primera reválida

Un plan de 45.000 millones de euros que Grecia, en principio, no quiere utilizar. Su objetivo, ya lo dijo hace[…]

Un plan de 45.000 millones de euros que Grecia, en principio, no quiere utilizar. Su objetivo, ya lo dijo hace unas semanas el primer ministro heleno, Yorgos Papandreou, era obtener el apoyo explícito de la Unión Europea para que los inversores internacionales se muestren menos recelosos y financiarse en el mercado le resulte más barato. Y, contra el escepticismo de muchos, que esperaban tensiones en la primera colocación de deuda tras el plan, la de hoy, Grecia ha conseguido vender más Letras de las que esperaba. Tenía previsto colocar deuda por importe de 1.250 millones de euros y ha vendido 1.560 millones de euros. Y es que la demanda ha superado todas las expectativas: en sus emisiones a seis meses y a un año, los inversores han requerido 7,67 y 6,54 veces la oferta, respectivamente. Aunque los costes de financiación continúan muy altos: la rentabilidad con la que tuvo que colocar estos activos de renta fija se sitúa en el 4,55% en el caso de las Letras a seis meses, y en el 4,85%, en las de un año. En la subasta de enero, Grecia colocó la deuda a un año con un interés del 2,2%. Por el mismo tipo de deuda pública, el Tesoro español otorga un retorno del 0,49%, en el caso de las Letras a seis meses y del 0,85% por las Letras a un año. Tras la exitosa emisión, en el mercado de deuda pública, el diferencial entre el bono a diez años alemán y el griego se mantiene en los 345 puntos, cien puntos por debajo de los máximos del jueves pasado, pero el mercado aún le exige una rentabilidad de más de un 7%. Por el mismo tipo de deuda pública, al Tesoro español se le pide un 3,78%.

Los analistas de Crédit Agricole realizan una lectura positiva de la subasta de hoy: "La emisión fue bien, lo que refleja que el paquete de rescate ha restaurado la confianza de los inversores. Grecia necesita tiempo para poner su casa en orden y el mercado no se lo estaba dando. Ahora, ha conseguido oxígeno", afirmaban desde Crédit Agricole.

Es posible que las tensiones reaparezcan cuando Grecia emita bonos con más duración o cuando no tenga más remedio que pedir el rescate que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional le proponen. Porque el apetito por la deuda pública griega a corto plazo implica que los inversores descartan el impago del país, al menos, durante este año, pero no a más largo plazo.

El problema griego se ha relajado, al menos a corto plazo. Pero el elevado endeudamiento de los Estados continúa siendo un problema. De hecho, a juicio de Alberto Matellán, de Inverseguros, ahora que el riesgo griego está acotado, el mercado puede comenzar a fijarse en otros países. Y, a juicio de los analistas de Société Générale, el próximo en la lista es el Reino Unido, que, además del déficit, sufre una debilidad adicional: las elecciones presidenciales convocadas para el próximo 6 de mayo, que son la más reñidas que se recuerdan. Aunque Gordon Brown va ganando enteros, frente al, en principio, favorito conservador David Cameron. El laborista no tiene carisma, pero se le considera un tipo serio que sabe de economía.

Los dos partidos con opciones de ganar los comicios, el conservador y el laborista, muestran en sus programas electorales un fuerte compromiso con la reducción del gasto público y el regreso a una política presupuestaria ortodoxa. Lo malo sería que de la cita electoral no salga un ganador claro. Si el partido demócrata liberal obtiene mejores resultados de lo que prevén las encuestas significaría que ha captado votos de los principales partidos, lo que aumentaría la posibilidad de un parlamento sin un partido mayoritario, que daría inestabilidad al Gobierno o, incluso, la repetición de las elecciones. Y esos vaivenes nunca gustan a los mercados. Los analistas de Nomura estiman que sólo hay una probabilidad del 35% de que salga una mayoría estable. En caso de que haya suerte, Nomura espera un "rally" de la libra y del oro. Pero si no hay un resultado claro, preparémonos para la caída de los activos denominados en la divisa británica. Los gestores de Raiffeisen Capital Management ya han infraponderado el peso de la Bolsa inglesa en sus carteras.

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