Cuestión de paciencia

 El ministro de Industria, Miguel Sebastián, declaró hace unos días que al Gobierno se le estaba acabando la paciencia con la banca, ante sus evidentes restricciones en la concesión de crédito, y le pidió que diera la talla "por España, por los españoles, por el empleo y por las pymes". Sin embargo, de boca del reivindicativo ministro Sebastián no salió ninguna palabra en contra de la actuación de las distintas administraciones públicas. Cada día, por culpa de los impagos de ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas, miles de empresas se cierran y miles de empleos son destruidos.

Un empresario resumía así la situación de su compañía: "No hemos tenido más remedio que acogernos a un proceso concursal y de 117 trabajadores que tiene la empresa, 100 han ido a la calle. ¿Y todo esto por qué? Porque los Ayuntamientos con los que trabajamos no nos pagan y no hemos podido aguantar más, después de una larga agonía. Si nos hubiesen pagado, nada de esto se hubiese producido. Y ahora me pregunto: ¿Y la responsabilidad de las administraciones públicas, dónde está? ¿Por qué no cumplen con sus compromisos de pago? ¿Por qué España es el único país europeo donde los ayuntamientos tardan cerca de un año de media en pagar? ¿Por qué Zapatero, que no ha parado de sacar medidas contra la crisis, no ha hecho nada por evitar los impagos del sector público?", se lamentaba este empresario.

Confiemos en que muy pronto al ministro Sebastián se le acabe también la paciencia con las administraciones públicas. Entonces, seguro que soluciona el problema.