Cómo mejorar la ortografía de tus niños de manera eficaz

Dos emprendedores españoles han desarrollado un método innovador y ameno, similar al célebre Kumon para las matemáticas, que promete mejorar la ortografía si se aplica de manera constante.

La ortografía es un importante caballo de batalla para los niños criados en tiempos de Whatsapp, Facebook y otras redes sociales. Los adultos contemplan alarmados cómo las incorrecciones plagan las conversaciones de sus hijos, sin saber cómo ponerle remedio. En esa situación se encontraba la emprendedora Virginia Ricoy. Buscaba algún tipo de herramienta online que le ayudase a mejorar la ortografía de sus dos hijos pero no encontraba nada que resultase ameno y, a la vez, efectivo. Así que se le ocurrió embarcarse en la tarea de diseñar una herramienta por ella misma, con la ayuda de su socio (un antiguo compañero de trabajo, también informático), Roberto Salvador. «Empecé a buscar webs y encontraba herramientas repetitivas. No les conseguía enganchar. No lo encontré y empezamos a darle vueltas», cuenta Ricoy.

En cuanto al producto que han desarrollado, Ricoy explica que «la metodología es propia, basada en el método Kumon para las matemáticas»: «No existe nada igual en ortografía. Nosotros somos informáticos los dos pero hemos tenido la ayuda de pedagogos y profesores», explica.

En concreto, el funcionamiento es el siguiente: El niño se da de alta en el sistema, que le va poniendo ejercicios en función del curso escolar en el que se encuentre. La idea es que el niño realice sesiones diarias de 10 minutos de duración, cinco días a la semana. Así, una vez pasados algunos días (según Ricoy hace falta tiempo para valorar adecuadamente el nivel ortográfico del niño), los ejercicios se van adaptando al nivel, que no se articula en función de los cursos escolares sino las dificultades concretas: la «b» y la «v», la «g» y la «j», el seseo, el ceceo, etc.

Uno de los puntos clave de este sistema es la importancia que otorga a la memoria visual y a la rapidez de corrección. En ese sentido, el niño nunca verá una palabra mal escrita (ni tan siquiera en ejercicios para identificar cuál es la opción correcta, por ejemplo). 

«En el sistema tradicional, el niño no ve la opción correcta hasta pasados unos días (cuando el profesor se lo corrige). Y ha podido ver la palabra mal escrita y no ha pasado nada. Pero la memoria visual es lo más importante de la metodología. Es lo que ha hecho que nos haya costado dos años de desarrollar el método», explica esta emprendedora.

Asimismo, Ricoy destaca el hecho de que el método no sea «monótono» para los usuarios, «porque se trabaja un poco de cada cosa».

En portada

Noticias de