China espera que EEUU retrase los aranceles del 15 de diciembre

Las autoridades chinas esperan que EEUU retrase el incremento de los aranceles previsto para el domingo 15 de diciembre, ya[…]

Las autoridades chinas esperan que EEUU retrase el incremento de los aranceles previsto para el domingo 15 de diciembre, ya que ambas partes se centran en reducir las tensiones mediante la rebaja de los tarifas actualmente vigentes, en lugar de eliminar productos específicos de la lista de objetivos, según fuentes financieras citadas por Bloomberg. Tras estas noticias, los futuros sobre el S&P500 se han girado al alza y anticipan subidas del 0,2%. 

Pekín considera que esta sería una maniobra que permitiría seguir con las conversaciones sobre los temas pendientes, a fin de poder rubricar la fase uno del acuerdo, explican dos funcionarios chinos. Si bien la administración Trump aún no ha anunciado ningún aplazamiento, el secretario de Agricultura, Sonny Perdue, ha dicho hoy que cree posible que haya algunas cesiones. 

Este es ahora mismo el principal foco de preocupación para las bolsas, lo que refleja las dificultades de llegar a un acuerdo que ambas partes daban prácticamente por cerrado hace un par de meses. El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, ha dicho hoy mismo a la cadena Fox Business Network que lograr el acuerdo correcto es más importante que llegra antes o después del 15 de diciembre. "Cada día que pasa, estamos en una mejor posición de negociación", ha indicado. 

Si los aranceles previstos para este domingo 15 de diciembre, cuya cuantía supera los 156.000 millones de dólares, fueran finalmente aplazados, el mercado lo tomaría como un gesto de buena voluntad, aunque cuando sería un primer paso para un acuerdo que tendría que ser mucho más amplio. El trato elevaría la confianza en la economía global y señalaría que las dos partes están decididas a impulsar la paz en la guerra comercial, a pesar de la postura de Estados Unidos en apoyo a las protestas de Hong Kong y su rechazo a los supuestos abusos en la provincia de Xinjiang.

En esta primera fase, la compras de productos agrícolas estadounidenses por parte de China es uno de los temas estrella de la negociación. Estados Unidos quiere arrancar un compromiso firme a los chinos, pero éstos a su vez no desean hacer nada que vaya en contra de la normativa que marca la Organización Mundial del Comercio. 

Los dos países están particularmente interesados en que la ronda arancelaria del 15 de diciembre no entre en vigor. Y es que en la primera batería de tarifas de 34.000 millones de dólares, la participación de los productos chinos era del 7%, lo que implicó que los consumidores estadounidenses tuvieran alternativas de proveedores del resto del mundo; pero ahora, la batería final implica un 86% de los productos chinos, según calculan los analistas de Bloomberg Inteligence. Es decir, difícilmente el consumidor estadounidense podría encontrar proveedores alternativos. 

Y es que los productos afectados por este tercer tramo de aranceles son ya teléfonos inteligentes, ordenadores y productos de gran consumo, lo que significa un golpe directo a los hogares, que han podido librarse en anteriores rondas arancelarias. Y esto con las navidades a la vuelta de la esquina. 

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