Cajas encajadas o desencajadas

 Las cajas de ahorros necesitan un plan de acción urgente. Encajar una dentro de otra, con un simple reparto de[…]

 Las cajas de ahorros necesitan un plan de acción urgente. Encajar una dentro de otra, con un simple reparto de sillones, no va a generar ni sinergias, ni eficiencia, ni va a borrar de un plumazo la versión española de las "subprime" (pero a escala promotor). Simplemente va a agrupar problemas. Si a eso unimos el permanente espectáculo político que afecta a algunas entidades, muchos ahorradores deben tener la sensación de que, con la que está cayendo, hay cajas entretenidas en temas alejados del interés de sus clientes.

La Caja de Madrid es el ejemplo de entidad políticamente desencajada, convertida en el epicentro de luchas políticas... incluso dentro del mismo partido. Y sorprende la larga lista de candidatos a sustituir a Blesa: se ha hablado de González Ponga, de Luis de Guindos... aunque el nombre con más papeletas parece Manuel Pizarro (que ya ha presidido alguna caja y está políticamente muy bien situado). Parecía el candidato más claro hasta la fecha, aunque ahora suena de nuevo con fuerza el nombre de Rodrigo Rato, quizás aburrido ya de su papel de subalterno de lujo en alguna entidad financiera.

Pero, pensándolo bien y con la que está cayendo, ¿es plato de gusto sentarse al frente de una caja de ahorros tan acosada desde todos los frentes, máxime en un medio ambiente como el madrileño, tan contaminado de unos casos de espionaje y corrupción que aún no han mostrado más que las primeras manchas negras?

Señor Pizarro, señor Rato, piénsenselo bien. La erótica del poder financiero-político es poderosa, pero, ¿merece la pena el riesgo actual... y futuro?

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