Cómo ahorrar dinero cada año recortando los gastos del coche

Tener un coche en propiedad supone, de promedio, entre 2.000 y 3.000 euros al año. Estas medidas reducen esa factura

Más allá de la compra del vehículo, tener un coche en propiedad es una fuente de gastos recurrentes: desde los intereses, en caso de financiarlo, al combustible pasando por los impuestos anuales, el mantenimiento, las averías y la ITV, los peajes, la plaza de garaje o el seguro.

Sin embargo, y precisamente por eso, también son muchas las medidas que se pueden tomar para reducir el total del coste que supone tener un automóvil. Un coste que se calcula puede oscilar, de promedio, entre los 2.000 y los 3.000 euros al año.

Cuánto se logre reducir esa factura global es algo que variará en cada caso: las hay más y menos fáciles de aplicar y algunas tienen más o menos impacto.

Pero todo suma y, en general, el potencial de ahorro puede suponer una cantidad significativa a lo largo del año, y más todavía a lo largo de la vida del vehículo.

Calcula periódicamente el precio del seguro del coche

Precisamente una medida de ahorro muy sencilla de adoptar y que puede suponer un ahorro significativo tiene que ver con el seguro del coche: hoy en día es posible calcular online y en pocos minutos el precio del seguro del coche para un vehículo, tomador y condiciones específicas. La mayoría de compañías, como Verti, ofrecen este tipo de herramientas.

Conviene hacer uso regular de estas calculadoras. Al menos una vez al año, ya que factores como la ausencia de partes, los años de carnet o la edad del conductor influyen a favor del tomador del seguro.

Además, siempre es conveniente comprobar las coberturas para evitar pagar por aquellas que no se desean y para garantizar aquellas que sí se necesitan.

Para un mayor ahorro, siempre que sea posible, conviene unificar diferentes seguros —coche, moto, salud, hogar…— con la misma compañía. La mayoría de aseguradoras ofrecen descuentos por este motivo.

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Practica una conducción responsable y eficiente

Conducir de forma prudente y eficiente supone un conjunto de pequeños ahorros que, en conjunto, pueden sumar un recorte notable en los gastos del vehículo.

Por ejemplo, y entre otras: 

  • La mayoría de los coches actuales cuentan con un asistente al cambio de marchas que indica al conductor cuándo debe subir o bajar de marcha, para optimizar el consumo de combustible y reducir las emisiones.
  • Además, evitar las aceleraciones y frenadas bruscas y mantener el coche limpio y libre de cargas innecesarias —en la baca o en el maletero— reduce el desgaste mecánico y de elementos como los frenos o la suspensión, y también reduce el consumo de combustible.
  • Como también reduce el consumo de combustible revisar la presión de los neumáticos de forma periódica, una vez al mes y siempre con los neumáticos fríos. Este gesto contribuye además a prolongar la vida útil de los neumáticos.
  • El uso del combustible más adecuado para el vehículo —el que se indique en el manual del usuario o en la boca de llenado— también puede marcar la diferencia tanto en la factura de la gasolinera como en una potencial factura de taller.
  • El mantenimiento preventivo y adecuado contribuye de forma significativa a evitar o minimizar averías más graves. En este sentido conviene valorar la opción de los talleres generalistas, tanto para las reparaciones como para el mantenimiento. Actualmente esta elección no anula la garantía del vehículo.
  • Unas nociones básicas de mecánica permiten evaluar en cualquier momento cuál es el estado general del vehículo. También permite a uno mismo realizar pequeñas tareas de mantenimiento, como cambiar lámparas o limpiar el filtro del aire a intervalos intermedios, entre revisiones: un filtro de aire sucio resta potencia e incrementa el consumo de combustible.
  • La responsabilidad y atención al volante también tiene recompensa en forma de ahorro, en especial en los seguros a terceros o con franquicia, al reducirse la probabilidad de pequeños golpes y accidentes.
  • Practicar una conducción prudente y respetando la señalización y a otros conductores evita multas y sanciones.

Elige el coche adecuado a tus necesidades y presupuesto

La conducción eficiente se puede practicar desde el momento de la compra del vehículo eligiendo un coche que realmente se ajuste a nuestras necesidades en términos de tamaño y peso, coste de mantenimiento, potencia del motor, tipo de combustible, y equipamiento.

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En este sentido conviene ajustarse al presupuesto y no pagar por accesorios que no se necesitan, o que se pueden complementar con opciones más económicas: por ejemplo, suele ser más caro incorporar un navegador GPS como opción de fábrica que adquirir un navegador GPS portátil. Y es aún más barato utilizar una app de navegación GPS en el móvil.

Al comprar un vehículo es recomendable valorar modelos híbridos y coches eléctricos por sus ventajas medioambientales y económicas: pagan menos impuestos de matriculación y de circulación, el coste equivalente de la electricidad es menor en comparación con la gasolina y, además, en algunas compañías de seguro tienen bonificaciones exclusivas.

Combina diferentes medios de transporte

Otra forma simple de recortar los gastos del coche es reduciendo su uso.

Por ejemplo, se puede optar por hacer un uso combinado del coche y del transporte público —trenes de cercanías, autobuses o metro— o de opciones para el transporte individual, como patinetes o bicicletas eléctricas. O caminar.

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De este modo se evita o reduce el uso del coche en ciudad: circular en coche por ciudad incrementa el desgaste mecánico, la posibilidad de pequeños golpes, y el gasto de combustible y de aparcamiento.

Alternar el uso del coche con el uso de una motocicleta o scooter reduce también la factura conjunta de movilidad, en especial cuando se opta por un seguro de tipo "Seis ruedas" que unifica las pólizas de ambos vehículos.

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