Oryzon cierra con una subida superior al 12% tras salir de Barcelona
Los títulos de la compañía se revalorizaron más de un 12% al cierre de mercado, hasta los 2,02 euros por acción
Las acciones de Oryzon han comenzado a cotizar en el parqué de Madrid con una subida superior al 10 por ciento tras anunciar anoche al cierre de mercado su cambio de domicilio social, de Cornellà de Llobregat (Barcelona) a Madrid, donde se establece su efectiva administración y dirección.
En concreto, los títulos de la empresa biotecnológica avanzaban un 10,78% a las 9.20 horas, hasta intercambiarse a un precio de 1,983 euros.
Otra nueva compañía ha decidido trasladar su sede social de Barcelona a Madrid -la conocida Naturhouse lo hizo en agosto y solo en el segundo trimestre fueron 209-, empujadas por la aceleración de los planes secesionistas por parte de la Generalitat catalana. Se trata de la biofarmacéutica Oryzon Genomics y la novedad es que la primera firma cotizada que anuncia tal medida.
En un comunicado enviado a última hora de este martes a la CNMV, justifica el traslado para «optimizar sus operaciones y la relación con sus inversores». Su jefatura estará cerca del Congreso de los Diputados, y allí situará las direcciones general y financiera, además del área de relación con los accionistas. En Barcelona seguirá la fabricación.
Precisamente su primer socio es el fondo de origen francés Najeti Capital (con el 24,6%), seguido por los dos fundadores de la empresa, Carlos Buesa y Tamara Maes (con el 13,1% de los títulos cada uno). No obstante, una reforma legal del Gobierno permite que el cambio de sede sea decidido por el consejo de administración sin refrendo de la junta.
Oryzon venía siendo una de las firmas más castigadas en el mercado por la situación en Cataluña. En lo que va de año se ha desplomado casi un 60% en la Bolsa, siendo el cuarto peor valor (su cotización ha bajado a 59 millones). Ayer mismo, tras encadenar cinco jornadas en rojo, perdió un 4.3% y cerró el precio de la acción en apenas 1,8 euros.
Aunque es líder europeo en el desarrollo de terapias basadas en epigenética, la aparente congelación de su alianza con el gigante farmacéutico Roche puede pasarle factura. Tiene 35 empleados y en 2016 sufrió unas pérdidas de 5,4 millones.