¿Podemos salir de la crisis con una mano a la espalda?

Rajoy está probando las amarguras del suspenso que han puesto los mercados a sus planes y reformas para reactivar la economía española y sacarla de la profunda crisis. Su promesa electoral de que, una vez en La Moncloa, él y su equipo sabrían dar confianza a los inversores ha quedado en entredicho, más o menos, al cumplirse los primeros 100 días que tienen de gracia todos los presidentes cuando llegan al Gobierno.

Aunque la manivela de hacer reformas ha estado funcionando sin parar, todo hay que reconocerlo, los efectos no han sido los esperados, por lo menos los prometidos. Hoy, el parqué español es el patito feo de las plazas europeas. Los inversores no se fían de que la reforma laboral vaya a generar el empleo que se necesita. Además, no se fían de que el nuevo mapa bancario esté listo para dentro de dos meses. Tampoco se creen que el crédito vaya a fluir de nuevo a la sociedad.

Pero, por lo que desde luego no apuestan un euro es por que el Gobierno vaya a ser capaz de cumplir el objetivo de déficit público este año y, mucho menos, el siguiente. Si nos fijamos un poco, entrar o no dentro de los límites de déficit público que nos ha impuesto Bruselas sería lo de menos. Lo importante es que las reformas que hemos apuntado funcionen, que la economía se mueva. Pero los pensadores europeos no quieren oir hablar de políticas expansivas como ha elegido hacer Estados Unidos.

A cambio, han optado por una austeridad que va a sumir a las economías periféricas en una profunda recesión. Los presupuestos que conoceremos el próximo viernes no son un sudoku difícil de cuadrar. Serán, con toda certeza, una amputación de músculos, nervios y vasos sanguíneos necesarios para mantener vivo el tejido empresarial. Si tenemos que dar pábulo a las cuentas que llevó Rajoy a Bruselas hace unas semanas, tendremos que sacrificar partidas necesarias, por los menos en 5.000 millones de euros más de los 15.000 que pensábamos.

El desembarco la próxima semana de una comisión europea que supervisará los presupuestos tiene como objetivo asegurarse de que salgamos o no de la crisis, lo hagamos con una mano atada a la espalda, como Grecia, como Portugal. España está a punto de ser zona tutelada. Precisamente, lo que los populares criticaron del anterior Gobierno.

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