La deuda de los Estados se confabula con los cortos

Grecia no consigue colocar su deuda. Irlanda está a punto de aprobar nuevas derramas de dinero público para salvar a[…]

Grecia no consigue colocar su deuda. Irlanda está a punto de aprobar nuevas derramas de dinero público para salvar a su banca de un nuevo agujero. Islandia lleva camino de perder el "investment grade" en la calificación de sus emisiones. Poco a poco los elementos que desencadenaron la anterior avalancha de posiciones cortas sobre la banca vuelven a formar un caldo de cultivo favorable. La burbuja de la deuda pública empieza a calar como una sombra en el ánimo de los inversores y las bolsas europeas pueden atravesar sesiones especialmente delicadas, si los ánimos venderores se desatan.

Los títulos bancarios volverán a tener todas las papeletas para que los especuladores carguen en ellos sus posiciones cortas. A diferencia de la americana, a quien además le acompañan vientos de recuperación, la banca europea todavía no han purgado los excesos que le llevaron a la crisis financiera. Las entidades no han pasado los test de estrés con los que sometió Paulson a las firmas de EE UU. Los analistas más agoreros desconfían de la solidez de sus balances y, en los últimos meses, las principales casas de análisis han venido exigiendo más recapitalización de las entidades.

La sospecha de que la deuda de los Estados, que han comprado hasta las orejas, se convierta en un nuevo "activo tóxico" en sus balances va a pesar como una losa en las cotizaciones de los valores bancarios. Además, a las entidades españolas, aunque no tengan exposición a los "default extranjeros", les va a acompañar el "efecto PIGS". Las caídas del Ibex de ayer, más acusadas que las de las plazas afectas por las tres malas noticias, son un ejemplo. Ni siquiera el informe favorable de Ficht, sobre Santander y BBVA pudo frenar el deterioro de su cotización.

De la rapidez con que la Unión Europea (es decir Alemania-Francia y Reino Unido) acometa la metodología de los rescates que tendrán que implantar para Grecia, Irlanda, Islandia y los que vayan saliendo, dependerá el sentimiento del mercado hacia la solidez, o no, de las entidades financieras europeas. Pero, esto no parece que será inmediato y los cortos empiezan a tener cada vez más argumentos para buscar ganancias en otro tobogán bajista de las bolsas con Gobiernos en dificultades.

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