Con las manos en la masa desde 1852

La familia González comenzó a amasar pan y a venderlo en la localidad madrileña de Valdemoro durante el reinado de[…]

La familia González comenzó a amasar pan y a venderlo en la localidad madrileña de Valdemoro durante el reinado de Isabel II en pleno siglo XIX y desde entonces se ha mantenido fiel a su cita diaria con los clientes.

Ciento cincuenta y cuatro años de antigüedad, cinco generaciones amasando pan y una gran implantación en el tejido comercial de Valdemoro le han valido al establecimiento "Panificadora González" también no solo el reconocimiento de su clientela, sino también el institucional.

El Ayuntamiento del municipio madrileño concederá el próximo 21 de octubre un homenaje especial a este negocio, fundado en 1852.

"Panificadora González", creada por Vicente González, sigue estando regentada por la misma familia y va ya por su quinta generación.

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Esperanza González, tataranieta del fundador, asegura a EFE que el "único secreto" que tienen para haber sobrevivido durante tantos estos años es "un buen servicio a la clientela, la calidad del producto, trabajar y sobre todo quererse mucho la familia y respetarse mutuamente".

El establecimiento es propiedad en la actualidad de Esperanza, su hermano Julián y dos primas hermanas, además de contar con doce empleados.

"Mi hermano Julián es ingeniero de Minas, pero le encanta trabajar aquí, también están nuestras dos primas, y además tenemos niños. Veremos si hay relevo generacional para el negocio", añade Esperanza.

La tienda sigue estando en el mismo emplazamiento en el que surgió a mediados del siglo XIX, cuando Valdemoro era un pueblo muy pequeño.

"De hecho, siempre lo ha sido -continúa Esperanza-, ya que empezó a crecer en los años setenta".

El establecimiento cuenta con panificadora y despacho de pan, y los fines de semana es cuando hay mayor afluencia de clientes.

Los valdemoreños que trabajan fueran no pueden venir a diario y para ellos adquirir nuestro pan los fines de semana es como comprar un artículo de lujo", añade la propietaria.

Además del pan, según Esperanza, el producto que goza de más éxito son los "sobadillos", unas rosquillas de anís, que son muy típicas de "Panificadora González" y de Valdemoro.

El establecimiento ha superado todas las vicisitudes económicas durante un siglo y medio, incluso la última crisis: "Si sobrevivimos a una guerra, una crisis no es nada", concluye Esperanza González, quien agradece el homenaje del Ayuntamiento sin otorgarle excesiva importancia.

La iniciativa forma parte de una campaña emprendida por el Consistorio de Valdemoro, que pretende tener continuidad en el tiempo, y que en esta primera edición servirá para premiar a una treintena de establecimientos que llevan más de 35 años implantados en la localidad.

El acto consistirá en la entrega de un diploma acreditativo y dos etiquetas identificativas con el lema "Comercio de Valdemoro. Tradición y Servicio", una especie de sello de calidad.

"Pretendemos que sea un sello que reconozca la calidad, la experiencia y también su aportación durante todos estos años de servicio a la comunidad", explica el alcalde, Guillermo Gross (Ciudadanos).

Además de esta iniciativa, a lo largo del próximo trimestre se van a llevar a cabo otras actividades de apoyo al comercio, como un Street Marketing o de "Días mágicos", en los que habrá representaciones, magia y espectáculos itinerantes.

La gastronomía será otro de los platos fuertes de la campaña, con la ruta "De pinchos por Valdemoro" y la "Gastrorruta del Barroco", que se hace coincidir con la celebración del IV Centenario de la fundación del convento de las Clarisas.

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