Expertos creen que regulación sobre medios de pago puede afectar al comercio
Los expertos consideran que la nueva directiva europea sobre medios de pago (PSD2), que entrará en vigor previsiblemente antes de[…]
Los expertos consideran que la nueva directiva europea sobre medios de pago (PSD2), que entrará en vigor previsiblemente antes de 2019, elevará la seguridad para "luchar contra el fraude" y "beneficiará" al consumidor, aunque advierten que debe tener "equilibrio" para no afectar a los comercios.
En un encuentro sobre tendencias e innovación en los medios de pago, organizado en la Fundación Rafael del Pino, los expertos han observado que la transposición de la directiva europea a la legislación española debe encontrar un equilibrio "entre seguridad y usabilidad".
Así lo ha afirmado el responsable en la materia de Liberbank, Jesús Milán, que ha destacado de la regulación conocida como PSD2 establece un "marco de control" y una autentificación "robusta" con los datos como centro, pero que para su aplicación es necesario "educar" al cliente.
Sobre esta autentificación doble, por la que se exigirá el respaldo del intermediario a una operación de pago electrónica tras su confirmación por parte del usuario en dos pasos, el representante de la Asociación Española de Economía Digital, Marc Nieto, ha puesto en duda su implementación antes de finales de 2018.
Nieto ha recordado que, aunque es una medida "muy buena" contra el fraude en pagos electrónicos, éste es inferior al 0,2 %, por lo que este nuevo requerimiento puede tener un mayor impacto "en las ventas de los comercios".
Por su parte, el director de riesgos y seguridad de Redsys, Miguel Ángel Fernández, ha añadido que la directiva europea es también una "oportunidad" para la igualdad entre antiguos y nuevos intermediarios, como las entidades financieras y las "fintech" o empresas tecnológicas del sector.
Por último, todos han coincidido en señalar que la seguridad es una "ventaja competitiva" que da "confianza" en un entorno en el que la ampliación de medios de pago (como el teléfono móvil) genera más riesgos, como posibles fraudes o ataques informáticos.