«Si el crudo está a 70 dólares, hay que tener a petroleras en cartera»

El director de estrategia de Muzinich & Co repasa dónde están encontrando oportunidad en un entorno tan ajustado para la renta fija

Mucho ha cambiado en los últimos seis meses en los mercados. Si a finales de 2017 la economía global gozaba de una salud espectacular, seis meses después los indicadores adelantados, como la confianza empresarial, dan pistas de que algo no va bien en la macro de Europa. Pero un escenario distinto no necesariamente significa que no haya oportunidades. En una reciente visita a Madrid, Erick Muller, responsable de estrategia de Muzinich, repasó qué les está gustando y qué están evitando.

Uno de los grandes cambios que notan en sus carteras respecto al año pasado es precisamente la exposición al sector energético. «Si el crudo está a 70$, hay que tener a petroleras en cartera», afirmó Muller. Dentro de los subsectores de la industria energética, ven valor en las compañías de exploración y de producción; y entre cuanto a la calidad crediticia, ven más interesante las emisiones en high yield. 

Además de la recuperación de las materias primas, el inversor deberá reflexionar sobre las implicaciones de una política monetaria divergente a nivel global. Mientras la Reserva Federal en Estados Unidos sigue el camino de subidas marcado, el Banco Central Europeo aún no tiene el terreno allanado para comenzar la normalización. Ante este escenario, Muller evitaría las emisiones de larga duración, así como las zonas del mercado que han actuado como refugio. «En un proceso de normalización, los primeros en sufrir son los bonos de gobierno», explicó. Para jugar una subida de tipos, en Muzinich ven mucho atractivo en deuda a tipo flotante, como los préstamos sindicados bancarios.

En cuanto a regiones, Muller reconoce que la deuda estadounidense ofrece a priori unas rentabilidades más atractivas, pero el coste de cubrir el cambio de divisa del dólar al euro se come esa prima. Si bien el 10 años americano ofrece un 3%, un inversor europeo tendría que entregar un 2,8% de esa rentabilidad al pasar a euros. Es decir, más le daría el bund alemán a ese plazo.

Y lo mismo les ocurre a los países asiáticos. Pasar de dólares al yen japonés resta un 2,5%, pero pasar de euros incluso suma. «Los inversores institucionales han hecho los números y es mucho más interesante para ellos Europa», contó, «y cuando los japoneses llegan, lo hacen con importantes sumas de dinero».

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