No le preguntes la edad a una tendencia alcista

Los cumpleaños siempre son momentos de mucho ajetreo. Más vale mirar al futuro que fijarse en la longevidad de este periodo alcista.

Hoy en día se aplican tanto las matemáticas avanzadas al mercado bursátil que a veces parece más un gran experimento de física que una forma sencilla de que la gente de a pie invierta en las fortunas de las compañías estadounidenses. Así, resulta curiosa la atención que presta Wall Street a uno de los conceptos matemáticos más simples: los números redondos.

Valgan como ejemplo las gorras de béisbol conmemorativas que se ven en la Bolsa de Nueva York cada vez que el mercado alcanza un nivel concreto como «Dow 10.000» y «Dow 20.000». Cabe suponer que algún fabricante de gorras ya tiene preparado el pedido de gorras de «Dow 30.000» y está esperando pacientemente a que se haga oficial. Siempre que sean redondos, aunque no sean nada del otro mundo, pueden causar sensación, al menos de forma temporal, como demuestra la fijación actual de los inversores con el tira y afloja del S&P500 para superar con decisión el nivel de 2.800. Los traders suelen lanzar órdenes automáticas llamadas «stop» para comprar o vender activos cuando alcancen un precio concreto. En teoría, establecen el precio basándose en análisis exhaustivos de indicadores fundamentales y técnicos. A la hora de la verdad, suele dar la sensación de que lo único que hacen es elegir un número redondo. Evidentemente, todos los gráficos de acciones tienen dos ejes: precio y tiempo. Y si bien es cierto que normalmente es en el eje del precio donde los números redondos despliegan toda su magia, en estos momentos es el eje horizontal del tiempo el que está acaparando toda la atención.

El mercado alcista en EE.UU. acaba de cumplir 10 años. Como dijo una vez el comediante Patton Oswalt, no hay por qué celebrar todos los cumpleaños, pero cumplir 10 años sin duda merece una fiesta. Es un acontecimiento de particular importancia en el mundo de los mercados alcistas de renta variable, si tenemos en cuenta que sus duraciones suelen necesitar un cálculo en años de vida de perro para hacernos una idea de su duración en términos de años humanos. Aquí es donde las cosas se ponen interesantes: nunca habíamos visto un mercado alcista en EE.UU. tan longevo. Así que, no esperes ningún paseo en pony en esta fiesta del décimo cumpleaños, porque el homenajeado es bastante mayor. 

Muchos cambios en 10 años

Si bien es cierto que este número redondo del eje de tiempo ha provocado una confusión considerable, también ha generado muchas consideraciones y exámenes de conciencia acerca de todo lo que ha cambiado en una década, y sobre el tiempo que podremos seguir cabalgando a lomos de este toro que va envejeciendo.

Puede que no sorprenda a nadie que las acciones que más han impulsado esta subida sean también las que más han transformado drásticamente nuestra cultura y sociedad en la última década, para bien o para mal. Jeff Bezos usó Amazon.com Inc. para aprovechar un concepto tan antiguo como el propio Estados Unidos (la tienda de ultramarinos) y lo convirtió en un monstruo cuyo valor triplica el de Walmart Inc., con menos de un tercio de sus empleados. Facebook Inc. se ha convertido en nuestra plaza mayor; el lugar en el que pasamos horas a la semana poniéndonos al día con viejos amigos, y evitando la palabrería de charlatanes y vendedores de crecepelos. Google y Netflix Inc. se han convertido en nuestras bibliotecas y salas de cine respectivamente, mientras que Apple Inc. y sus competidores han reducido toda esta economía «app» a un dispositivo que nos cabe en la palma de la mano y que nos roba muchas más horas de atención de lo que nos gusta reconocer.

Menuda década, ¿no?

A medida que se consolida la marcha hacia ese nuevo orden mundial, basado en aplicaciones, y reflexionamos sobre nuestras opciones de inversión para los días y las décadas que están por venir, no es fácil pasar por alto los nubarrones que se ciernen sobre este aniversario y que ponen en duda la viabilidad de más de 21.000 millones de dólares en activos bursátiles que se han generado en 10 años. 

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Por un lado, los principales beneficiados de toda esta riqueza están sufriendo ataques. Gracias a un gráfico de acciones de Amazon, Bezos ascendió sigilosamente hasta la cima del ranking de las personas más ricas del mundo durante este mercado alcista, con un valor neto cercano a los 140.000 millones de dólares. Se ha ganado no solo el desprecio del presidente Trump y sus partidarios en los medios de comunicación más sensacionalistas, sino también de una de las principales candidatas a destronar a Trump en las elecciones de 2020. La senadora Elizabeth Warren, demócrata por Massachusetts, que lleva tiempo abogando por la disolución de los grandes bancos y que ahora ha hecho de la desintegración de Amazon, Google y Facebook parte de su campaña. «Las grandes tecnológicas de hoy tienen demasiado poder», escribió en un artículo de Medium. «Demasiado poder sobre nuestra economía, nuestra sociedad y nuestra democracia. Han aplastado a la competencia; han utilizado nuestros datos personales para lucrarse y han inclinado el tablero de juego en contra de todos los demás. Y por el camino, han perjudicado a las pequeñas empresas y han asfixiado la innovación». 

Warren se enfrenta a una ardua batalla en la que no es fácil calcular cuál es el riesgo que plantea esta situación, en su caso, para el mercado de valores. Pero este es solo uno de los nubarrones que se avecinan. Tras la rebaja fiscal del año pasado que impulsó una bonanza en las ganancias corporativas, se espera que las ganancias agregadas corporativas del S&P 500 se reduzcan en un 3 por ciento en el primer trimestre. Las estimaciones de lo que antes se esperaba que fuera un crecimiento sólido de los beneficios para el resto del año se están desvaneciendo rápidamente. Los modelos económicos de la Reserva Federal están demostrando un crecimiento sorprendentemente bajo para el primer trimestre, y las mediciones basadas en los mercados que tratan de predecir si se avecina una recisión están encendiendo señales de alarma. La consecuencia es que hay muchos en Wall Street que no están soplando el matasuegras ni bebiendo ponche en esta fiesta del décimo cumpleaños. Los estrategas de Goldman Sachs Group Inc. liderados por David Kostin recibieron el hito con cierta cautela. El recorrido del precio de las acciones en los últimos 10 años supuso un retorno en el S&P 500 de más del 400 por ciento, incluyendo dividendos; lo que se traduce en casi el 18 por ciento anualizado. Esto supone el 6º mejor retorno anualizado en 10 de toda la historia, según Goldman.

Dudas sobre la tendencia

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Los estrategas no cuentan con que vaya a seguir la tendencia. Prevén que el S&P 500 pueda acabar el año más o menos sin cambios desde los niveles actuales de 2.750. Se prevé una subida de cerca del 9 por ciento el año que viene, lo que supondría la mitad del retorno anual durante los primeros años de subida de esta década, puesto que el aumento de los salarios y otros costes hacen que resulte improbable que veamos una expansión récord de los márgenes de beneficios. 

Preocuparse demasiado por esos posibles problemas potenciales podría ser negativo para los inversores. Se ha visto cómo esta tendencia alcista superaba amenazas aún más graves durante esta década: la crisis de la deuda europea, el referéndum en Reino Unido para abandonar la Unión Europea, el temor de que Grecia o Italia siguieran sus pasos, la disfunción política que provocó múltiples cierres del gobierno, que Estados Unidos perdiera su calificación crediticia AAA de S&P Global Ratings en 2011, las constantes preocupaciones sobre la economía de China y su moneda, la caída de los precios del petróleo justo cuando Estados Unidos ascendía al primer puesto en el ranking de países productores del mundo o las noticias de que agentes extranjeros estaban usando nuestros sitios web favoritos contra nosotros para inmiscuirse en nuestras elecciones y sembrar la discordia. Casi parece que los nubarrones espolean las subidas y que cuando el cielo se despeja, como a principios de 2018, el inversor empieza a preocuparse.

Probablemente tampoco sea buena idea volverse demasiado antropomorfo. Si bien es cierto que esta tendencia alcista podría parecer centenaria en años humanos, no hay nada que impida que pueda vivir en teoría hasta los 15, 20 o 50 años. Además, no existen dogmas escritos en piedra que definan qué es exactamente un mercado alcista o bajista. Hay quienes argumentarán que esta tendencia alcista es más joven de lo que parece, por los duros traspiés de 2011 y 2018, que pusieron el contador a cero. Pero ambos batacazos se detuvieron poco antes de alcanzar el nivel que el sector habría considerado como el final de un periodo alcista y el comienzo de una tendencia bajista (cuando el S&P cae un 20 por ciento al cierre). ¿Recuerdas lo del poder de los números redondos?

Tras la fuerte recuperación al comienzo del año, no está nada claro que vayamos a enfundarnos este año las gorras de «Dow 30.000». Pero sí es muy posible que nos las pongamos antes de que se certifique oficialmente el fallecimiento de esta tendencia alcista. No canceles aún el pedido.

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