La cuestión de confianza en Grecia y esas oposiciones irresponsables

Quedan unas pocas horas antes de que el primer ministro griego se someta a una cuestión de confianza en el[…]

Quedan unas pocas horas antes de que el primer ministro griego se someta a una cuestión de confianza en el Parlamento griego. Éste es un paso fundamental al que Bruselas y el Fondo Monetario Internacional han condicionado la concesión del nuevo tramo del rescate aprobado el año pasado por valor de 12.000 millones de euros que Grecia necesita para sobrevivir en julio y agosto. A tenor de la respuesta que ha tenido la subasta de letras helenas esta mañana y el buen comportamiento de las Bolsas, el euro y el mercado secundario de deuda, el mercado tiene confianza en que Yorgos Papandreou se ganará la confianza del Parlamento y saldrá reforzado. Además, tranquilizará a los mercados sobre la segunda condición que han impuesto los ministros de Finanzas de la zona euro y el Fondo Monetario: la aprobación de otro gran plan de austeridad en los últimos días de este mes. Yorgos Papandreou ha dado muestra, una vez más, de un gran sentido de Estado. Pero, ¿y la oposición? El líder del principal partido de la oposición, Nueva Democracia, ya ha rechazado la propuesta de consenso que ofreció el partido en el Gobierno, socialdemócrata, al tiempo que reiteraba su deseo de que haya elecciones anticipadas y una renegociación de los compromisos del país con sus acreedores. Qué paradójico resultan estas peticiones de la fuerza política de Kostas Karamanlis, primer ministro del Gobierno hasta 2009 y último responsable de la ocultación de la deuda que pesaba sobre Grecia. También el líder del Partido Comunista, Aleka Papariga, clama porque haya un adelanto electoral. Pero es que, según una encuesta, el 47% de los griegos quieren que haya comicios anticipados.

Ante estas demandas, Papandreou cambió al ministro de Finanzas y convocó la cuestión de confianza.

Los analistas creen que el Gobierno griego superará la cuestión de confianza, porque cuenta con 155 de 300 diputados. Pero lo que el FMI y Bruselas buscan y exigen es unidad multipartidista en Grecia. Y ahí es donde parece que no hay remedio. Tampoco hay que subestimar el riesgo de que la rebelión interna que ha surgido en el partido de Papandreou, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), llegue a mayores y ponga en riesgo la cuestión de confianza esta tarde.

La expectación que a algunos les crea la sesión parlamentaria griega de esta tarde es similar a la que despertó la que tuvo lugar hace tres meses en Lisboa, cuando el partido del ya ex presidente José Sócrates pidió a la oposición apoyo para aprobar un plan de ajuste que, quizás, hubiera evitado la intervención del Fondo Monetario Internacional y el fondo de rescate de la zona euro. La oposición lusa hizo alarde de su escaso sentido del patriotismo. La oposición griega no lo hace de manera tan descarada, es más sibilina, pero también es cierto que tiene menos autoridad moral para mostrarse más agresiva.

Pero si a Papandreou se le tuerce la tarde, ¿se puede precipitar la quiebra de Grecia? Sin los 12.000 millones no sobrevive al verano. Y parece que el segundo rescate, por valor de alrededor de 100.000 millones de euros, también estaría supeditado a que haya unidad política en el país. Los analistas de Bankinter dicen que el país ya está, de hecho, en situación de impago. "No formalmente, pero sí desde el punto de vista práctico", aseguran. La agencia de noticias Bloomberg afirma claramente: "El primer ministro griego se enfrenta a un voto de confianza que determinará si Grecia se convierte en el primer país europeo en incurrir en impago". Esta agencia cita las declaraciones de un analista que opina: "Un voto negativo en el Parlamento griego podría provocar una seria crisis en Europa". Y, ¿podría desembocar en elecciones anticipadas? ¿Y si las gana el principal partido de la oposición, conservador, que fue el ocultó el déficit?

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