La banca británica tiene reservas para afrontar un "brexit" sin acuerdo

La banca del Reino Unido tiene suficientes reservas de capital para absorber el impacto de dejar la Unión Europea (UE) "desordenadamente" -sin que exista un acuerdo con Bruselas-, concluye un informe difundido hoy por el Banco de Inglaterra.

El banco central presentó su informe de Estabilidad financiera, donde analiza los riesgos para el sistema financiero, junto con los resultados de las pruebas de solvencia a la banca correspondientes a 2017, que, por primera vez desde su introducción en 2014, han superado todas las entidades examinadas.

Se sometieron a los test de estrés de este año Barclays, HSBC, Lloyds Banking Group, Nationwide, Royal Bank of Scotland (RBS), Santander UK y Standard Chartered.

Aunque Barclays y RBS se quedaban por debajo de los requisitos con sus datos de finales de 2016, las medidas tomadas desde entonces significan que no han de reforzar sus posiciones de capital, de modo que el ratio de capital "Tier 1" agregado de la banca británica se situaba en un óptimo 16,7 % el pasado septiembre.

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, dijo hoy que el sistema bancario está "preparado" para afrontar, sin perder su capacidad de prestar a la economía, el "improbable evento" de un "brexit" o salida del bloque europeo sin un acuerdo comercial bilateral entre Londres-Bruselas.

Advirtió no obstante de que una salida "brusca y desordenada" causaría "daño económico" tanto para las empresas como para los hogares de este país.

El escenario adverso hipotético más duro planteado en los test de estrés recogía los riesgos asociados con el "brexit", como una caída del precio de la propiedad del 33 %, un aumento de los tipos del 0,5 al 4 % en dos años, un desplome del 27 % de la libra frente al dólar y un incremento del desempleo del actual 4,3 a un 9,5 %.

En esas condiciones, se calcula que los bancos perderían en torno a 50.000 millones de libras (56.000 millones de euros) en dos años, pero aún así podrían seguir facilitando financiación, asegura la institución emisora.

El Comité de Política Financiera (FPC, en inglés) concluye en el informe que "el sistema bancario británico podría seguir apoyando a la economía real durante un 'brexit' desordenado".

Con todo, avisa de que los bancos se verían en una posición mucho peor, y muy limitados para conceder créditos, si a esa salida sin acuerdo se sumara "una recesión económica global severa", que vaciara sus reservas.

Para contrarrestar esa posibilidad el FPC prevé aumentar en noviembre de 2018 del 0,5 al 1 % el nivel de capital de reserva contracíclico obligatorio para los bancos -lo que arrojará 11.400 millones de libras (12.700 millones de euros) adicionales-, si bien éstos podrán apartar para ese fin dinero que ya tienen, sin necesidad de ampliar su capital.

El Banco de Inglaterra enumeró además los preparativos que deberían realizarse para mitigar los efectos del "brexit", que se ejecutará el 29 de marzo de 2019, lo que incluiría "un periodo de transición mínimo de entre 18 y 24 meses", apuntó Carney.

Es igualmente "esencial" para la estabilidad financiera asegurar que el Reino Unido tenga en esa fecha un marco legal financiero que sustituya al comunitario -lo que el Gobierno planea hacer a través de la llamada Ley de la gran derogación-.

Según el banco central, habrá que agilizar las autorizaciones a la banca extranjera para que pueda seguir operando en este país y se necesitará un acuerdo regulatorio británico-europeo para asegurar la continuidad de las operaciones transnacionales de las firmas aseguradoras y los contratos de derivados.

De acuerdo con el Banco de Inglaterra, sin esta normativa común, se verán perjudicados, al no poder cobrar sus pólizas, seis millones de clientes de aseguradoras británicos y 30 millones de clientes del Área Económica Europea (AEE), así como la ejecución de contratos con derivados por valor de 26 billones de libras (29 billones de euros).