Impuestos: cómo prevén atacar los candidatos el déficit de ingresos del Estado

Sólo el PP plantea una gran y generalizada bajada de los impuestos y sólo Podemos propone subir el IRPF a partir de los 100.000 euros y aproximar los tipos sobre el ahorro a los que pesan sobre el trabajo.

Los políticos coinciden al señalar el problema del sistema fiscal español (su escaso poder recaudatorio), aunque lo atribuyen a diferentes razones y dan distintas recetas. Daniel Lacalle, del PP, afirma: «España recauda menos porque tenemos más del doble de paro y empresas mucho más pequeñas». En su opinión, para resolver la cuestión, hay que «reducir el paro y facilitar el crecimiento empresarial». Para lograr estos objetivos intermedios, propone bajar los impuestos y cita los que pesan sobre el ahorro. Pablo Casado ha cuantificado la bajada de impuestos de su programa en 16.000 millones que se reparten en la reducción de IRPF (hasta un máximo inferior al 40 por ciento) y Sociedades (para situarlo bajo el 20 por ciento) y en la eliminación de Sucesiones, Donaciones y Patrimonio. 

El PP es, entre los principales partidos, el más ambicioso en recortes de impuestos. Se basa en la discutida teoría de que impuestos más bajos impulsan la actividad económica. Sea como sea, otros partidos son más prudentes. Francisco de la Torre, de Ciudadanos, atribuye el déficit de ingresos del Estado al fraude fiscal y laboral y, sobre todo, a que «nuestro sistema fiscal es un queso de gruyere plagado de agujeros». Así, propone «cerrar los agujeros en la legislación, comenzando por el punto más crítico, que es el Impuesto de Sociedades», además de la lucha contra el fraude con más medios y concentrando la labor de la Agencia Tributaria en los principales focos de la defraudación. No renuncia a las rebajas impositivas: de un punto en cada tramo del IRPF. En cambio, no prevé bajar la tributación del ahorro: cree que su nivel actual es adecuado y competitivo. No considera apropiado subir los tipos dado el ahora bajo rendimiento del ahorro ni tampoco bajarlos, ya que el margen de mejora de los ingresos por esta vía es pequeña. Pero sí plantea la desaparición de Sucesiones y Donaciones para las que se produzcan entre padres e hijos y entre cónyuges. Cs es contrario al impuesto especial sobre la banca, ya que mermaría su inversión crediticia, y también al de transacciones financieras, porque genera distorsiones en los mercados y recauda poco. 

No a la bajada de impuestos

Pedro Saura (PSOE) no habla ni de bajada ni de subida de impuestos. Su objetivo es que los tipos efectivos se acerquen a los reales y, por lo tanto acabar con los huecos de la recaudación luchando contra la evasión, la elusión y el fraude. Saura fía el aumento de los ingresos públicos a la mejora de la situación del ciclo. Aunque el programa socialista sí apunta a un esfuerzo adicional de empresas y rentas altas para incrementar la progresividad del sistema. 

Saura apunta la necesidad de avanzar hacia la fiscalidad del siglo XXI y reivindica el impuesto a las tecnológicas, así como el ideado por su Gobierno sobre transacciones financieras. Si Saura no se moja a la hora de anticipar lo que hará el PSOE con la tributación del ahorro («hay que buscar el equilibrio entre la necesidad de ahorro y la reducción de la desigualdad, entre la imposición al consumo y la imposición al ahorro»), en el programa sí se plantea mejorar la equidad entre la fiscalidad de las rentas del capital y las del trabajo.

El único partido que no oculta que para cerrar la brecha de ingresos de España en relación con Europa (de seis puntos de PIB) hay que subir los impuestos es Podemos, que propone sustituir Patrimonio por un impuesto a las grandes fortunas que gravaría patrimonios netos por encima del millón de euros y con 400.000 exentos cuando correspondan a la vivienda habitual con tipos progresivos que arrancarían en el 2 por ciento y finalizarían en el 3,5 por ciento a partir de patrimonios de cien millones. En IRPF prevé elevar los tramos a partir de los 100.000 euros, para llegar a un marginal del 55 por ciento en rentas por encima de los 300.000 euros.

Asimismo, Jorge Uxó afirma que habría que ir acercando la tributación del ahorro a la del tipo general y argumenta: «En rentas a partir de 60.000 euros, quienes las obtienen por el trabajo pagan el doble que quienes las cobren por rentas del capital». En cuanto a Sociedades, recuerda el acuerdo con el PSOE sobre la aplicación de un tipo mínimo del 15 por ciento que, de acuerdo con su propuesta, sería de un 20 por ciento para bancos y compañías de hidrocarburos. 

¿Qué opinan los expertos?

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Santiago Lago, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, explica que España recaudó en 2017 5,7 puntos por debajo de la media europea: 70.000 millones de euros. «Con eso eliminaríamos por completo el déficit, podríamos financiar una renta social ambiciosa para las familias con problemas y estar entre los líderes europeos en I D. Todo al mismo tiempo». Lago apunta que la mitad del diferencial se explica por una menor recaudación de IRPF y la otra mitad, sobre todo, de los impuestos sobre el consumo. Señala que no se debe a que los tipos sean bajos, sino al fraude y a la proliferación de beneficios fiscales y tratamientos diferenciados: favorables módulos en IRPF, fraude de quienes cobran en B, facturas sin IVA, aplicación de un tipo súper-reducido del 4 por ciento a buen número de productos o de algunas bonificaciones en Sociedades que benefician a las grandes empresas.

Jorge Onrubia, profesor de Hacienda Pública en la Complutense, sintetiza: el problema sustancial está en que todas esas exenciones en Sociedades y los módulos y coeficientes que infraestiman la renta real reducen las bases imponibles sometidas a gravamen. 

A estos problemas Onrubia añade los costes de administración y cumplimiento: «Tenemos un sistema fiscal que es todo menos 'sistema'. Llevamos acumulando parches en todas las regulaciones legales de las figuras impositivas desde el inicio de la crisis». Se queja de que, desde 2006, se han tomado medidas que van en direcciones opuestas respecto a la equidad, los incentivos, los criterios... Por ello, afirma: «Debería repensarse el sistema fiscal prácticamente desde cero».

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Santiago Lago-Peñas, Universidad de Vigo: «La solución al déficit recaudatorio está en una reforma fiscal en profundidad»

La solución a nuestro déficit recaudatorio no está en subir tipos en IRPF o en equiparar los impuestos sobre la riqueza a una media comunitaria en la que ya estamos. Está en una reforma fiscal en profundidad que revise algunas de las cosas que estamos haciendo mal. Sería posible que partidos de izquierda y derecha se pusiesen de acuerdo en una nueva arquitectura fiscal en España, dejando a elección del Gobierno de turno los tipos a aplicar; incluso optar por el 0 por ciento si se quiere desactivar un tributo sin impedir que otro Gobierno lo recupere.

Jorge Onrubia, Universidad Complutense de Madrid: «El problema no está en los tipos, sino en lo estrecho de las bases imponibles sometidas a gravamen»

El problema del sistema es su baja capacidad recaudatoria. No se trata tanto de tener unas tarifas o tipos bajos (están alineados con los países de la UE), sino de lo estrecho de las bases imponibles sometidas a gravamen. Ello se resolvería con una reforma integral en IRPF y Sociedades eliminando exenciones, reducciones y el régimen de módulos de los autónomos. En IVA lo ideal sería un tipo único. En riqueza, deben diseñarse figuras modernas. En sucesiones y donaciones, debe crearse un impuesto de progresividad y tarifa 'razonable'. Y hay que introducir -bien- la imposición medioambiental.

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