Gamesa, Telefónica y las eléctricas provocan una leve caída al Ibex-35

Las ganancias de los bancos y de los valores más cíclicos limitan las pérdidas del selectivo

Los resultados empresariales se convirtieron en un lastre para el Ibex-35. En particular, los de Siemens Gamesa, que fue el peor valor del indicador, con un recorte del 8,68%. Y también los de Telefónica, que se colocó entre los peores valores del selectivo con su descenso del 0,97%. Cotizaron además a la baja los de Endesa (-0,82%). 

Acabaron el día en negativo otros valores importantes, como Iberdrola (-1,05%), Amadeus (-0,98%), Inditex (-0,43%) y Repsol (-0,36%). 

Todo ello fue lo que marcó la diferencia en el selectivo español, que fue el único de entre los grandes índices europeos que terminó en rojo. Al cierre, se dejaba apenas un 0,09%, para dar un último cambio en los 9.407,90 puntos. Sostuvo, al menos, los 9.400 puntos, algo que no fue seguro hasta el final. Le ayudaron con ese cometido los bancos, que terminaron en verde capitaneados por CaixaBank (2,82%). Sabadell también ganó más de dos puntos porcentuales, mientras que Bankia se anotó un 1,82% y Santander y BBVA, alrededor de un 1,5%. Y, además, los valores más cíclicos volvieron a ser de apoyo, como Ence, que se anotó un 3,17%, así como Cie Automotive (2,59%) o Acerinox y ArcelorMittal, cuyos ascensos se acercaron a los dos puntos porcentuales. 

En el Índice General de la Bolsa de Madrid, Gestamp volvió a ser el más rentable, con un ascenso del 5,23%. En rojo ningún valor superó las caídas de Siemens Gamesa. Después, lejos, se situó Pharma Mar, con un recorte del 2,74%. 

El índice más rentable de Europa fue el PSI-20 de Lisboa, que se anotó un 0,60%. El Cac 40 francés se apuntó un 0,39%. El Ftse 100 británico y el Ftse Mib de Milán sumaron alrededor de un 0,25%. y el Dax alemán ganó un 0,09%. 

En Wall Street no se respiraba un gran optimismo. Los principales indicadores de la Bolsa de Nueva York registraban muy pocos cambios, tras haber terminado la sesión anterior en máximos históricos. Y eso que los datos macroeconómicos acompañaron. El índice de actividad del sector servicios creció más de lo esperado por los analistas. Pero ello reduce la probabilidad de una rebaja de los tipos de interés el mes que viene: aunque el presidente de la Reserva Federal norteamericana, Jerome Powell, la semana pasada anticipó estabilidad en la política monetaria, hay analistas y participantes del mercado que no se lo terminaron de creer del todo. También es cierto que los inversores, de vez en cuando, se ponen más nerviosos sobre el desarrollo de la guerra comercial: aunque hay buenas noticias sobre la proximidad de la firma del acuerdo entre China y Estados Unidos, persiste la inquietud respecto a si será finalmente posible o no. Aunque, hablando de China, las Bolsas encontraron algo de soporte en la decisión de la autoridad monetaria del gigante asiático, que redujo el tipo que aplica a los depósitos de los bancos por primera vez desde 2016. 

Comienza a haber comentarios en los mercados de que lo peor para la economía global ha podido haber quedado atrás. Hay síntomas de que los indicadores macroeconómicos podrían estar estabilizándose. David Mann, economista jefe de Standard Chartered, afirmó, en declaraciones en Bloomberg, que ve muchas razones para prever una estabilización del crecimiento global el año que viene respecto a éste. 

En todo caso, vimos una subida generalizada de los tipos de bonos, lo que incrementa la probabilidad de que lo que no gustara a los inversores en Bolsa fuera su intuición de que el precio del dinero no seguirá bajando en Estados Unidos. El interés de los títulos americanos a diez años se incrementó del 1,78% al 1,86%. El rendimiento de sus comparables alemanes pasó del -0,35% al -0,32%. Y el del español superó el 0,30%. Ahí reside el buen comportamiento del sector bancario en el Ibex-35, en la subida de los intereses de los bonos. 

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El dólar se fortaleció con respecto al euro. Al cierre de la sesión, la moneda comunitaria retrocedía un 0,56%, para situarse el tipo de cambio en 1,1066 unidades.

El dinero también salió del oro: al cierre de la sesión europea, el precio de la onza caía un 1,83%, en su mayor bajada desde el 25 de septiembre, para marcar los 1.482 dólares la onza. 

En cambio, el precio del petróleo subió: el barril de Brent, de referencia en Europa, avanzaba un 1,08%, hasta los 62,80 dólares. 

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