El peso se hunde por el efecto Trump y los mexicanos lo celebran

Basta mencionar el nombre de «Donald Trump» a Gerardo Lozano, para verlo explotar. «Ese hombre», afirma con un tono de[…]

Basta mencionar el nombre de «Donald Trump» a Gerardo Lozano, para verlo explotar. «Ese hombre», afirma con un tono de ira creciente en la voz, «tiene planteamientos racistas». 

Lozano es un inmigrante mexicano sin papeles, bajo, enjuto, con gafas de culo de vaso y una gorra de béisbol negra y gris de Texas. Lleva 15 años trabajando en EE.UU. y en los dos últimos, ha trabajado como jornalero en Plano, un barrio pudiente al norte de Dallas. Tan pronto realiza obras pequeñas en tejados, como trabajos de jardinería, fontanería... lo que toque cada vez. En un buen día, puede ganar hasta 150 dólares. 

La candidatura de Trump ha beneficiado significativamente a Lozano. El valor de sus ingresos en dólares, al convertirlos a pesos y enviarlos a su familia en México está subiendo. La razón es la campaña de Trump sobre México, que consiste en levantar un gran muro entre EE.UU. y su vecino del sur, expulsar a todos los trabajadores indocumentados, renegociar el NAFTA, ha conmocionado los mercados y ha provocado una caída del peso respecto del dólar mes a mes. Los responsables de la campaña de Trump han preferido no realizar declaraciones.

Cada dólar que envía Lozano al otro lado de la frontera a día de hoy le supone a su mujer, María, casi 20 pesos. A mediados de 2015, antes del comienzo de la carrera presidencial de Trump, cada dólar le suponía poco más de 15 pesos. Estos ingresos extra le han permitido a María pagar los vaqueros y las deportivas de su hijo de 16 años, la ternera de todo el mes, pollo y jabón. Incluso se plantea reservarse un poquito de dinero para poder construir unas escaleras en condiciones para acceder al segundo piso de su vivienda, al norte de México. «Si estás ahorrando para comprar una casa o prevés un gasto importante, este es el momento de enviar el dinero a casa», afirma Carlos Vargas-Silva, economista del Observatorio sobre Migración de la Universidad de Oxford.

Los mexicanos están enviando más dinero a casa que en los últimos siete años; un incremento que se explica en parte por la urgencia por aprovechar el tipo de cambio. Algunos expertos afirman que, si el peso continúa varios meses en estos niveles, más mexicanos podrían acabar viéndose tentados a cruzar la frontera en búsqueda de trabajo. 

Lozano, al igual que la mayoría de mexicanos que viven en EE.UU. está muy pendiente de la fluctuación del peso y se las está apañando últimamente para repatriar hasta el último dólar que gana. Hay semanas que envía hasta 200 dólares, en lugar de los 100 habituales.

Detrás de la caída 

Lo que no sabía Lozano es que Trump está en gran medida detrás de la caída del peso. La divisa alcanzó un mínimo récord en 19,93 por dólar a finales de septiembre, tras la publicación de las encuestas que apuntaban a que Trump recortaba distancia a Hillary Clinton. Los inversores se muestran preocupados ante la posibilidad de que, en caso de resultar elegido, Trump tratara de reducir el volumen de transferencias; o que forzara a los fabricantes de EE.UU. a cerrar sus centros de producción de México y los abrieran en suelo estadounidense (ha señalado a Ford Motor y Carriera este respecto); o que sus políticas acaben por debilitar la economía estadounidense, que compra el 80 de la exportación mexicana. Hay otros factores que están contribuyendo también al debilitamiento de la divisa, pero la ascensión de Trump ha sido la causa principal en los últimos meses, afirma Andrés Jaime, estratega de Barclays. «El peso empezó a caer de verdad cuando la candidatura de Trump cogió fuerza». 

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Para México, el aumento del volumen de transferencias de entrada supone por fin una buena noticia en una economía que languidece. Los 17.600 millones de dólares que cruzaron la frontera camino al sur en los primeros ochos meses del año suponen un incremento del 6,6 por ciento desde el año pasado y un 18 por ciento desde hace tres años. 

La mayoría de esos fondos se destina al consumo. Israel González, un inmigrante que trabaja como soldador en Dallas, afirma que está enviando más dinero para pagar a los mecánicos que están arreglando un Volkswagen Escarabajo clásico que tiene en su ciudad del centro de México. Iris (omite su apellido por miedo a la deportación) afirma que ella y su marido han aumentado los fondos que envían a sus padres al noroeste de México, para renovar y ampliar la vivienda. «Con este tipo de cambio, intento enviar un poco más», afirma, «porque sé que para ellos va a suponer mucho más».

Evidentemente, el ascenso de Trump no supone solo buenas noticias para la comunidad inmigrante. Ha provocado mucho dolor y angustia. Iris afirma que le duele en lo más profundo del alma comprobar que hay tantas personas que apoyan a un candidato con opiniones anti-inmigración tan extremas. «Son valores que estaban ahí, pero que no se mostraban», afirma. «Este hombre los ha sacado a la luz». Tras ver el resultado de la Convención Nacional Republicana, decidió que necesitaba un plan de emergencia. Le indicó a su madre que abriera una cuenta de ahorro para ella. Es un pequeño fondo para emergencias, para que su familia, compuesta por su marido, un trabajador de la construcción en Dallas y su hija de 4 años, pueda contar con un colchón si acaban deportados.

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