El BCE y la Fed moldearán la subida del Ibex 35 en 2017

La tregua del IBEX-35 en los dos últimos meses debe entenderse como una corrección lógica tras subir un 31% entre[…]

La tregua del IBEX-35 en los dos últimos meses debe entenderse como una corrección lógica tras subir un 31% entre diciembre y mayo, pero quizá también como una reflexión del mercado ante el inexorable ciclo de endurecimiento de la política monetaria de los bancos centrales.

Es como si el mercado estuviera en una fase de contención, de espera. La reacción de alivio de las bolsas al mensaje prudente de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, el miércoles, cuando apostó por un incremento gradual de los tipos de interés certifica la plena vigencia del patrón que han seguido los mercados en los últimos años: a menor agresividad en la retórica del banquero de turno, mayor apetito por el riesgo.

Sin embargo, los inversores tienen que asumir que, en este nuevo escenario, cada vez que Mario Draghi ofrezca una rueda de prensa a lo mejor sube el pan y más de uno echa de menos la calidez amniótica de sus palabras en el pasado, esa maestría con la que de un día para otro las bolsas subían con solo pronunciar la frase "whatever it takes".

Los datos económicos favorables en Europa podrían continuar hasta final de año, coinciden los expertos, lo que presionará al Banco Central Europeo para ir retirando paulatinamente sus estímulos.

Según AXA Investment Managers, Draghi anunciará en la reunión de septiembre un volumen menor de compras de activos, un paso previo para que el BCE aumente los tipos de interés a mediados del año que viene.

En definitiva, la era del dinero barato tiene los días contados y eso a la larga se traducirá en mayores beneficios para los bancos, el sector de más peso del IBEX-35 y el que ha estado detrás de su fuerte ascenso en los últimos meses.

En lo que va de 2017, los dos grandes del sector en España, Banco Santander y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), se anotan un 23% y un 22%, respectivamente.

Las subidas son aún mayores en algunos bancos de mediano tamaño como Banco de Sabadell, que es el valor del IBEX-35 que más sube al dispararse un 45,5%, o CaixaBank, que repunta casi un 40%.

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Para Rafael Alonso, analista de Bankinter, es momento de consolidar esas ganancias, precisamente porque se han enfriado las expectativas de unas subidas de tipos de interés más acusadas que han sustentado parte del rally de la banca.

Sin embargo, a largo plazo tiene una visión positiva y recomienda aprovechar para entrar en el sector ante cualquier caída que se produzca. "Los bancos valen más porque la calidad crediticia está aumentando y los índices de solvencia son altos", explicaba recientemente en un encuentro con periodistas.

El IBEX-35, pues, podría tener por delante una corrección natural durante el verano, pero dentro de su ciclo alcista, vaticina Nicolás López, director de análisis de M&G Valores. La horquilla en la que podría moverse el selectivo durante ese periodo estaría comprendida entre los 10.000 y los 10.500 puntos, indica, pero prevé que acabará el año "del 11.000 para arriba, lo cual significará una rentabilidad bastante buena".

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Es cierto que aún queda mucho para el final del ejercicio, con dos temporadas de resultados de por medio, y podrían ocurrir acontecimientos inesperados que cambien el curso de las cosas --aún muchos operadores tienen grabado con tinta china el 24 de agosto de 2015--.

Sin embargo, el mercado ya asume que los resultados empresariales en ese periodo van a ser positivos "porque la economía española ha pasado de una recesión a crecer un 3%", apunta Víctor Alvargonzález, estratega de inversiones independiente. En otras palabras, no serán el catalizador para los mercados.

"Para mí es mucho más importante lo que hagan los bancos centrales", advierte este experto.

"Lo que puede estropear un año que tiene buen aspecto sería que la Fed se pasara de frenada, que los mercados interpretaran que está subiendo los tipos de interés más de lo necesario".

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El tono tranquilizador de Yellen parece que aleja esa posibilidad. Sin embargo, la percepción de una normalización de la política monetaria internacional --como evidencia el hecho de que el Banco de Canadá haya elevado los tipos de interés por primera vez en siete años-- continuará presente y los bancos serán los que se beneficiarán, apunta López, de M&G Valores, que espera que probablemente se comporten mejor que el resto de sectores.

Otras compañías, como las apalancadas o con negocios regulados, no encajarán tan bien la perspectiva de un encarecimiento del dinero, agrega. No es positivo, por ejemplo, para Telefónica, que cuenta con una deuda cercana a los 50.000 millones de euros, ni para las eléctricas, cuyo atractivo es el dividendo.

"Si la rentabilidad de los bonos empieza a subir, los inversores exigen una rentabilidad por dividendo mayor. El mecanismo de ajuste es que el precio de cotización baje", explica López.

En cualquier caso, la conclusión es clara y da qué pensar. Durante los años de la crisis, cuando los bancos centrales acudieron al rescate de los mercados con sus generosas políticas de estímulo, se hablaba en los foros financieros sin el menor recato de "bolsas yonkis", adictas al dinero barato, y ahora que la economía cobra vigor y los bancos centrales se plantean reducir el apoyo, la impresión es que aún siguen "enganchadas".

Por eso, los inversores deberían ir pensando en algún tipo de placebo para los próximos años.EFE

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