Deutsche Bank: ¿Acuerdo con la justicia americana, rescate público o pérdidas para los bonistas?

Es posible que Deutsche Bank pueda llegar a un acuerdo con la justicia estadounidense para reducir sustancialmente el volumen de la multa pero, si no lo logra, o si sigue teniendo problemas, ¿cuál es la solución para la entidad?, ¿apoyo público o pérdidas para los bonistas? Los expertos responden. 

Durante gran parte de este año los inversores han estado preocupados por la banca italiana. Ésta ocasionó un gran debate en Italia debido a que la nueva normativa comunitaria integrada en la unión bancaria impone el 'bail in' en contraposición al 'bail out', es decir, la asunción de pérdidas por parte de los inversores, bonistas y accionistas para sanear al banco, frente a la inyección de recursos públicos ante problemas de solvencia o liquidez de las entidades. Matteo Renzi, el primer ministro italiano, luchó en Bruselas porque los acreedores no tuvieran que pagar la factura, y fueran fondos estatales los que se inyectaran. Advertía de que lo contrario podría ser traumático ante la circunstancia de que los bonos de los bancos del país se habían colocado en Italia casi como los depósitos y la asunción de pérdidas por su parte podría derivar en un problema social, teniendo por delante un referéndum constitucional y, quizás, la puesta en peligro de su Gobierno y la estabilidad política en Italia. El problema aún sigue pendiente de solución. 

Mientras todo esto sucedía, los problemas de Deutsche Bank permanecían latentes. Han vuelto a saltar en las últimas semanas después de que la justicia estadounidense haya anunciado su intención de imponer al grupo bancario alemán una multa de 12.500 millones de euros por su vinculación con el escándalo de las hipotecas basura. En el momento de escribir estas líneas, el viernes, 30 de septiembre, su capitalización bursátil se sitúa por debajo de los 14.400 millones de euros. Es posible que el banco logre, en una negociación con el departamento de justicia de EE.UU., una rebaja de la multa a menos de la mitad, tal y como se comentaba al cierre de la sesión de ayer. Pero, ¿y si no lo consigue?, ¿y si no es suficiente?, ¿qué salidas tiene el primer banco germano?

La cotización del banco en los últimos doce meses ha pasado de situarse por encima de los 27 euros a poner en peligro la cota de los 10 euros. Eso por no hablar de que sus máximos, los que marcó en 2007 antes del estallido de la crisis financiera, están por encima de los 100 euros. El valor del banco ha quedado reducido a la mitad en doce meses y a una décima parte en ocho años. Y de acuerdo a lo que contaba ayer el analista Eduardo Bolinches, su valor puede seguir mermando aún más desde los niveles actuales, con las consecuencias que ello tiene en la confianza del banco, ya muy deteriorada entre sus clientes más agresivos, los 'hedge funds', que ya han comenzado a retirar fondos. 

Las grandes preguntas ahora son si el banco necesita un rescate, si éste podrá acometerse con fondos públicos, si tendrán que ser sus accionistas o sus bonistas quienes tengan que hacerse cargo de la factura y qué repercusiones puede tener el proceso en los mercados, a la vista del carácter global de Deutsche Bank, de sus ramificaciones por todo el sistema financiero global, algo muy diferente a lo que ocurre con el sistema financiero italiano, mucho más local. 

¿Necesita ayuda?

Joaquín Maudos, investigador del IVIE, comenta: "Viendo la posible magnitud de la multa a pagar en Estados Unidos y el valor en bolsa (más los problemas por los que ha atravesado recientemente), intuyo que necesita una inyección de capital y ahora mismo es muy difícil en los mercados. En general, la banca alemana tiene un problema de eficiencia (está en la cola en el ránking europeo) y el caso del Deutsche Bank es un ejemplo de que la banca alemana también necesita una reestructuración". 

Los expertos de Citi coinciden en que la situación del capital de Deutsche Bank seguirá preocupando, así como su apalancamiento. Pero apuntan que el equipo gestor va a intentar evitar acometer una ampliación de capital, dado que ahora mismo sus acciones cotizan a sólo 0,3 veces su valor en libros. Además, según añade Borja Gómez, la operación tendría que ser multimillonaria a la vista de la escasa capitalización del banco: la ampliación tendría que ser por al menos un 70% del valor actual de la entidad. En esta situación, según los expertos de Citi, la única alternativa viable sería recortar más el balance, lo que tendría un efecto muy negativo en los beneficios. No hay que obviar tampoco, como señala Gómez, que también puede desinvertir en activos no estratégicos, como ha hecho en la última semana con una división británica, aunque el mercado duda de que vaya a ser suficiente y de que vaya a ser capaz de vender, por ejemplo, sus negocios en China o sacar a Bolsa al Postbank, dos de las opciones que se barajan. 

¿La ayuda tendrá que ser pública?

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¿Implica que el 'gap' de capital tendría que cubrirse con fondos públicos, pese a la negativa del Gobierno de Merkel a hacerlo, dada la renuencia que mostraría el mercado a aceptar más acciones bancarias? La prensa alemana publicaba esta semana que el Ejecutivo alemán estaría preparando un plan de contingencia que podría implicar, bien que el pago de la multa corriera a cargo del Estado, bien la toma de una participación en la entidad. Lo bueno es que Alemania se lo puede permitir y la cotización de su deuda pública no se vería muy afectada. 

Ante ello, Maudos recuerda: "La regla del juego de la Unión Bancaria en vigor desde 2016 es clara: sin coste para el contribuyente", por lo que "hay que aplicar las reglas del 'bail-in' que exige que sean los acreedores del banco los que soporten las pérdidas". Bien es verdad que, según comenta, "es posible eximir de quitas a algunos acreedores y en ese caso acudir al fondo de reestructuración bancaria", pero "el problema es que ese fondo acaba de nacer, por lo que no tiene recursos". Y concluye: "La alternativa de fondos públicos se puede invocar en casos excepcionales (riesgo sistémico), pero no creo que sea el caso". Por lo tanto, en su opinión, "primero hay que conocer la magnitud de necesidad de capital y luego acotar las pérdidas con cargo a los acreedores". 

Ignacio Cantos, de Atl Capital, por su parte, no descarta el carácter sistémico de Deutsche Bank, debido a sus contrapartidas con todo el sistema financiero mundial, al menos en su división de derivados. Para Borja Gómez si bien hasta el momento no está provocando consecuencias sistémicas, sí es cierto que, en su opinión, tiene capacidad de provocar riesgo sistémico, aunque matiza que de momento su situación no es incontenible.

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Santiago Carbó-Valverde, profesor de la Bangor Business School, opina que el banco es sistémico, por su complejidad y sus ramificaciones. Añade que Alemania debería estar ya trabajando en un plan que debería incluir desinversiones, además de canje de deuda en capital y, seguramente, alguna ayuda pública, así como alguna señal de disciplina para los gestores. "Alemania debería estar ya en el manillar, al cargo del problema, porque la situación se puede ir de las manos. Espero que Alemania este fin de semana tenga un plan listo, porque igual el próximo miércoles ya es tarde", afirma Carbó-Valverde. "Puede que no pase nada, pero sería bueno que hubiera un programa diseñado. Estamos en un momento muy serio", asegura. Quizás el problema logre zanjarse con la renegociación de la multa, tal y como se publicaba al cierre de la sesión del viernes, hasta una cifra de menos de la mitad de la primera. 

En las últimas horas se ha podido asistir a un síntoma del contagio al resto del sector financiero más allá de la pura y dura caída del precio de las acciones de la banca en su conjunto, que ha sido muy seria en las últimas sesiones. Y es que las entidades están incrementando sus peticiones de dólares al BCE: la semana pasada, doce bancos solicitaron 6.348 millones de dólares en liquidez, lo que supone la cantidad más alta de los cuatro últimos años. Aunque, de acuerdo con fuentes citadas por Bloomberg, entre los solicitantes de esta liquidez no hay bancos alemanes. Ello implicaría, y es una hipótesis, que el 'credit crunch' al que se está viendo sometida la banca no es un problema exclusivamente alemán, sino más amplio. ¿Supone que ya se está produciendo un contagio? De momento, como señala Gómez, sólo se ha observado que la financiación en dólares no ha sido correcta durante una semana y ha tenido que acudirse al BCE, pero ha sido un fenómeno puntual, como en otras ocasiones cuando ha habido aversión al riesgo. Hay que observar lo que ocurre en las próximas semanas, cuál es la tendencia. 

¿Qué consecuencias puede tener en el mercado? 

¿Rescate público o privado? De acuerdo con Borja Gómez, de Inverseguros, sería muy complicado imponer pérdidas a los bonistas, sobre todo a los senior. Y recuerda cómo rompió el mercado la mera suposición de que los tenedores de bonos de peor calidad de Deutsche Bank pudieran perder el cobro de los cupones el año que viene como consecuencia de sus pérdidas en la cuenta de resultados. De esta manera, Carbó-Valverde afirma que no puede realizarse un 'bail-in' en una entidad tan grande porque provocaría un gran pánico en el mercado. 

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Que los bonistas tengan que asumir pérdidas de un banco tan grande, el hecho de que la nueva normativa europea se experimentara con una entidad financiera de esas dimensiones, podría ocasionar una gran volatilidad en el mercado, según Gómez. Esa previsión podría frenar a los partidarios del 'bail-in'. Pero, a la vez, este experto recuerda que el Gobierno alemán también es prisionero no sólo de sus declaraciones más recientes y opuestas a salvar a Deutsche Bank con dinero público, sino también de sus actuaciones pasadas: Alemania, sin ir más lejos, se negó a que el Estado italiano rescatara a sus entidades financieras con dinero público. 

Merkel puede tener razones políticas para no rescatar a Deutsche Bank, debido a una opinión pública ya muy descontenta, muy contraria a los préstamos que han recibido algunos países europeos, así como descontenta con la acogida de refugiados. Por eso, Carbó-Valverde apunta que cabe el riesgo de que para evitar una hecatombe financiera se rescate a Deutsche Bank y ello, a su vez, genere un problema político. No hay que olvidar que hay elecciones en Alemania en 2017 y que la extrema derecha está ganando apoyos. Ése es el dilema al que se enfrenta Angela Merkel.

¿Hay riesgo de quiebra a corto plazo?

De momento, Deutsche Bank tiene suficiente liquidez, según analistas citados por Bloomberg, para soportar dos meses de stress, incluso si los clientes de trading se retiran, según Stuart Graham, de Autonomous Research, después de que se conocieran retiradas de fondos por parte de diez 'hedge funds' que operan con el banco. En principio, la actividad de 'brokeraje' de hedge funds, la que primero ha mostrado su desconfianza en el banco, sólo supone un 3% de la liquidez de la entidad y ésta, para resolver cualquier problema, puede acudir a la que le proporciona el Banco Central Europeo de manera ilimitada, como recuerda Borja Gómez. En todo caso, de acuerdo con Gómez, Deutsche Bank puede hacer frente a todos sus compromisos a corto plazo, lo que implica que la entidad no se enfrenta a un riesgo inmediato de 'default'. 

Pero el mercado tiene miedo y su deuda más arriesgada está ya en mínimos históricos. Además, sus seguros contra el impago cotizan ahora en sus niveles máximos históricos, superando, en primer lugar, los niveles alcanzados durante la crisis financiera, cuando superaron los 300 puntos, y también los de la crisis del euro, en 2011, cuando no llegaron a tocar los 500 puntos. Cuando escribimos estas líneas rondan los 520 puntos. Si suben los seguros contra el impago es que el mercado tiene miedo a que se produzca y los inversores pueden estar protegiendo sus posiciones en deuda alemana de ese posible 'default', de esa posible quita que pudieran imponer las autoridades para ejecutar el rescate de la entidad con sus propios medios.

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