Asesores y distribución, la asignatura pendiente de la Inversión Socialmente Responsable

El esfuerzo de las gestoras internacionales por promover la ISR y la gran acogida de los inversores institucionales están detrás del fuerte incremento de los volúmenes de esta filosofía de inversión. Ahora, distribución y asesores deben hacer los deberes

La inversión socialmente responsable (o ISR), aquella en la que se tienen en cuenta criterios de sostenibilidad tanto ambiental como social, está ampliamente asentada en España, con volúmenes de activos gestionados que se acercan a los 200.000 millones de euros (185.614 millones de euros en 2017, según datos de Spainsif, la asociación que promueve esta filosofía). El esfuerzo de las gestoras internacionales por promoverla y la gran acogida de los inversores institucionales están detrás de la fuerte implantación lograda por la misma. Ahora, le toca el turno a los inversores particulares, que hasta ahora se han quedado rezagados de esta tendencia. Pero, para ello, es preciso contar con la formación del eslabón intermedio: los asesores y la distribución. Y, en este capítulo, también se está avanzando, según aseveraron los portavoces de las gestoras que participaron en el foro ISR organizado este martes por la revista Inversión y el diario ABC en la Bolsa de Madrid.

"Hay gestoras que llevamos impulsando este tema desde hace varios años con buena gama, buenos procesos y medios. Pero, hace un par de años, si un cliente minorista llegaba a una oficina bancaria a pedir un producto ISR, probablemente no sabían ni lo que era. Hemos visto que en los últimos dos años las entidades nacionales están apostando claramente por estos productos. A día de hoy, cualquier particular puede ir a su entidad y le pueden canalizar un producto de este tipo", explicó Jorge Díaz, responsable de ventas institucionales de Amundi Iberia.

"Antes había interés pero no demanda. Sin embargo, las nuevas generaciones ahora mismo están impulsando para que esto no sea una moda sino algo que ha venido para quedarse. Ahora, lo importante es que todos los distribuidores estén preparados para atender a esa demanda", añadió Ana Rosa Castro Aguilar, directora de ventas de Nordea España.

Uno de los obstáculos para avanzar en un mejor asesoramiento sobre este tipo de productos es que cada gestora aplica los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (o ASG) de manera distinta, lo que dificulta la labor de asesores y distribuidores, según explicaron los expertos presentes en el foro ISR.

Por eso, "hasta que haya homogeneidad y criterios bien definidos" sobre la inversión socialmente responsable (algo en lo que instituciones como la Comisión Europea ya están trabajando), las gestoras deben trasladar muy bien a los asesores financieros en qué consiste su visión de la ISR para que se lo expliquen a los clientes y hagan casar cada producto concreto con las necesidades financieras de los particulares, según opinó Borja Fernández, director de cuentas de Schroders España y Portugal.

Y es que, efectivamente, durante el foro ISR se pudo ver cómo cada gestora tiene una manera propia de aplicar los criterios ASG. Así, la mayoría de ellas excluye actividades consideradas poco responsables, como el armamento o las que violan los derechos humanos; pero además cada una tiene una manera de interpretar el conocido como enfoque 'best in class' (basado en incorporar en cartera las compañías que mejor valoración tienen en cuento a los criterios ASG) y el 'engagement accionarial' (que consiste en establecer un diálogo con las compañías en cartera para mejorar sus prácticas a todos los niveles).

En lo que sí coincidieron las tres gestoras es en considerar que los filtros ISR van a terminar por aplicarse, con mayor o menor rigor, prácticamente a toda la gama de producto. "Es un movimiento imparable que empieza a tener un impacto directo en las compañías", dijo Díaz, en el sentido de que va a afectar a las valoraciones de las compañías en bolsa y también a sus costes de financiación.

Y es que, de cara a las compañías, "a parte del componente moral, si uno aplica estos criterios, hay estudios que señalan que se reduce el coste del capital, se mejora el rating, te financias de forma más barata y reduces el riesgo reputacional", apuntó Fernández.

Publicidad

Precisamente, estas ventajas y la mayor concienciación social sobre estos temas están presionando también a las empresas a actuar de manera más responsable: "Las empresas cada vez están recibiendo más presión por parte el inversor final para ser responsables. Actualmente, hay mayor transparencia y el inversor final pude ver qué está haciendo la empresa y cómo", señaló Castro.

En portada

Noticias de