Los aranceles de Trump amenazan al corazón productivo de España

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Estados Unidos ha abierto en canal el frente europeo de la guerra comercial anunciando aranceles sobre productos de Francia por importe de 2.400 millones de euros. Sin haber firmado aún el acuerdo de fase uno con China, Donald Trump no ha tenido reparos en poner al bloque comunitario en pie de guerra argumentando que la medida se justifica por la 'tasa Google' que Francia aplica a los grandes gigantes tecnológicos estadounidenses, entre ellos Facebook o el propio buscador. 

Francia aprobó oficialmente en julio la conocida como tasa GAFA (por Google, Apple, Facebook y Amazon), que establece un impuesto del 3% sobre la facturación de estas compañías, obligándolas a pagar unos impuestos que de otro modo no abonarían en el país. Sin embargo, la USTR, la oficina que dirige Robert Lighthizer, el representante comercial de Estados Unidos, considera que este impuesto es "inusualmente oneroso y discriminatorio" para las compañías estadounidenses, por lo que ha dado el visto bueno a los aranceles sobre el 100% de determinados productos franceses, extendiendo la amenaza a otros países que también aplican la 'tasa Google', como Austria, Italia y Turquía. 

Sin embargo, la misma amenaza pende sobre la economía española, ya que entre las propuestas de ley que existen en el ordenamiento jurídico español también hay un impuesto sobre servicios digitales, aprobado el pasado mes de enero por el Gobierno de Pedro Sánchez, pero que no ha llegado a entrar en vigor al ser rechazados sus presupuestos. Además, en Podemos también se apuesta por esta tasa digital, e incluso la ministra en funciones, Nadia Calviño, insistió hace unos días en su idea de impulsar a toda costa la 'tasa Google'.

Está por ver, tras el último movimiento de Trump, que el nuevo ejecutivo que salga del pacto PSOE-Podemos siga adelante con estos planes de la tasa digital, aun cuando el bloque comunitario haya anunciado ya su total respaldo a Francia, porque lo que se juega la economía española es mucho en caso de que Estados Unidos extienda los aranceles a nuestro país. "El Gobierno de España fue muy crítico y es posible que imponga este tipo de tasa, con lo que podría verse sometido a ciertas represalias", dice Joaquín Robles, analista de XTB.

En principio, la lista desvelada por la oficina de Lighthizer incluye aranceles por el 100% del valor de determinados productos como yogur, mantequilla, quesos, lácteos, bolsos, vino espumoso y varios artículos de maquillaje, con lo que siguiendo la misma lógica, este mismo gravamen podría llegar a los productos españoles. "Hay muchísimas posibilidades de que los mismos aranceles que se han aprobado para Francia también se extiendan a España", dice Carmen Cámara, profesora de Derecho Tributario de la UDIMA. 

Ahora bien, si esto pasa sería lo mismo que si ya llueve sobre mojado, porque ya hay desde octubre productos españoles afectados por los aranceles estadounidenses, como el aceite de oliva, las aceitunas o el vino. Y aquí si ya se incluirían muchos productos que se libraron de caer en la primera lista, lo que supondría una verdadera tragedia para la economía española. 

"Nos afectaría al vino espumoso, y aunque nosotros no tenemos aquí champán, sí que podría tener efectos sobre el cava. En cuanto a los quesos, hay algunos tipos que ya estaban incluidos en la primera hornada de aranceles aprobados en octubre y si hay algunos que se excluyeron pues irían ahora dentro", recuerda la profesora Cámara. En general, a cualquier producto alimenticio que tenga denominación de origen española y se exporte con frecuencia a Estados Unidos quedaría afectado. 

Por ejemplo, el turrón de Jijona es un producto que se consume en Estados Unidos, y a un precio además elevado. Siguiendo este ejemplo, todos estos dulces y turrones que en un principio no estaban incluidos en esta lista de octubre, podrían verse afectados ahora con bastante probabilidad si se siguiera la misma lógica aplicada a Francia.

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También en esos primeros aranceles de octubre se incluían algunos productos derivados del cerdo pero se excluía el jamón, un producto que sí que podría ser gravado ahora con esta nueva batería de aranceles. En definitiva, con el vino, el aceite, los cítricos y las aceitunas ya afectados, la inclusión la lista negra de Trump de productos estratégicos para la economía española, como el jamón, el cava o los turrones, sería un cañonazo en el mismo corazón del sistema productivo nacional, "una amenaza muy seria, porque claro, Estados Unidos consume muchos de estos alimentos, que además tienen la característica de ser productos gourmet", dice Carmen Cámara. 

Pero no queda todo en los alimentos, ya que hay una industria española muy potente, la del calzado, especialmente en el Levante, que "podría verse también muy afectada", según opina la profesora de la UDIMA. 

Quizás la mejor noticia es que la industria automotriz podría librarse de las potenciales tarifas. En la industria, la lista de productos españoles más exportados a Estados Unidos la ocupan en las primeras posiciones los turismos y todos los accesorios de esos vehículos, incluso los aceites refinados del petróleo para todo el sector de automoción. 

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La cuestión es que este no es realmente un sector estratégico de la economía española, porque parte de esta cadena de producción está dispersa por países de la Unión Europea. "No pensamos que la industria del automóvil se pueda ver muy afectada, ya que nosotros montamos, ensamblamos, y no nos dedicamos tanto a la comercialización, que es donde realmente van los aranceles", apostilla Joaquín Robles. 

Más allá de esto, si el nuevo Gobierno sigue adelante con la idea de imponer una 'tasa Google', la realidad es que prácticamente todos los productos estratégicos de la economía española, el corazón productivo del país, quedaría fuera de un mercado tan crítico como es Estados Unidos. Es una amenaza muy a tener en cuenta, pues la persecución de Trump a los productores agrícolas (y España es una potencia mundial) tiene una poderosa razón de ser: las elecciones presidenciales de Estados Unidos están a la vuelta de la esquina y el magnate estadounidense tiene en las zonas rurales uno de sus principales graneros de votos, por lo que hará todo lo posible para no perder su apoyo en las urnas.

Estados Unidos está en campaña electoral ahora mismo y sus exportaciones agrícolas siguen bajando de manera considerable. El país ya ha inyectado más de 10.000 millones en ayudas al sector agrícola, pues gran parte del peso de su electorado está en las zonas rurales. Por eso, "todo lo que sea atacar, y además con bastante bombo y platillo, a la agricultura europea, suponen réditos políticos sonados para Trump", recuerda Juan Abellán, profesor del IE Business School. Champán, vinos y quesos es lo primero que destaca la prensa sobre Francia, lo que prueba que Trump busca un efecto en las noticias de cara a las elecciones.

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