Una de cal en los fondos inmobiliarios

Hablar de fondos inmobiliarios en estos momentos parece poco apropiado. Más aún si se va a decir algo positivo. Hay[…]

Hablar de fondos inmobiliarios en estos momentos parece poco apropiado. Más aún si se va a decir algo positivo. Hay muchas personas atrapadas en tres fondos que han cerrado las ventanas de liquidez durante dos años (BBVA, Santander Banif e Inverseguros) y, en general, todos estos productos se encuentran en pérdidas en los últimos meses. Sin embargo, no todo se ha hecho mal: la estrategia de estos fondos ha sido la correcta.

Sobre la mesa, la categoría de fondos de inversión inmobiliarios directos ofrece una rentabilidad anual del -0,98% en 2009. No es positiva; no cae lo que los fondos de renta variable española (-15%), pero tampoco sube, que es el objetivo de cualquier inversión. Si los comparamos con la misma categoría de fondos, pero que invierten en activos alemanes, es menos mala, pues estos últimos retroceden en el año un 4,05%, según los datos de la consultora independiente Morningstar.

Sin embargo, los fondos inmobiliarios españoles decidieron gestionar los activos inmobiliarios de forma directa porque entendían que esa estrategia redundaría en mayores rentabilidades. Y así ha sido, al menos, en lo que llevamos de 2009. Los fondos de inversión inmobiliarios indirectos globales se dejan de media un 15,59%, los europeos un 16,4% y los asiáticos un 5,14%.

Si revisamos los desplomes de las inmobiliarias españolas en 2009 tenemos a Afirma un 15% abajo; Testa, un 23% peor; Metrovacesa, un 47% en pérdidas o Urbis, un 59% de caída. Sotogrande sólo se deja un 1,8% y Renta Corporación gana un 3,2%. Si nuestro fondo de inversión inmobiliario directo hubiese confiado en las cotizadas también habría sufrido un descenso del 6% de caída en Colonial. No hace falta recalcular las cifras: Una cartera inmobiliaria indirecta española (invertida directamente en nuestras cotizadas) habría sufrido desplomes considerablemente mayores de los sufridos 'de facto' por una cartera directa. La estrategia de esos fondos libró a los inversores de daños mayores, pues la bolsa siempre multiplica las reacciones.

Una última cuestión que creo conveniente recordar es que si bien estos fondos son muy poco líquidos tampoco es mucha mayor la liquidez -hoy por hoy- de las inmobiliarias cotizadas. El ladrillo no tiene mercado y probablemente tardará en tenerlo. Sin embargo, si usted quiso invertir en inmuebles y entró en un fondo inmobiliario directo, al menos sabe que la estrategia es la adecuada. Y eso no deja de ser una esperanza para cuando el mercado inmobiliario vuelva a activarse.

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