El cuestionable atractivo de las subastas inmobiliarias

 Viviendas con descuentos de hasta un 20% con una hipoteca que financia la compra el 100% hasta 40 años de[…]

 Viviendas con descuentos de hasta un 20% con una hipoteca que financia la compra el 100% hasta 40 años de plazo y sin diferencial del Euribor en los dos primeros años. ¿Cómo no picar en este anzuelo? Se lo anticipo: no se esfuercen en buscar una hipoteca mejor, porque en los tiempos que corren no existe.

Son las subastas de vivienda, obras de ingeniería molecular para intentar sacar al mercado el stock de inmuebles que tiene con los nervios de punta a más de uno.La última es la que ha presentado, ayer mismo, la consultora Richard Ellis. Un total de 190 viviendas serán subastadas la próxima semana con abriendo el grifo de la financiación con las condiciones narradas en el párrafo anterior. La compañía subastadora va a poner en el mercado un volumen total de 50 millones euros con un precio medio de 200.000 euros por unidad en los precios de salida.

De primeras, lo de parece un acto altruista. Pero no es para tanto, ni mucho menos. De saque, los inmuebles que forman los lotes son promociones completas que no encuentran salida en el mercado. Pequeñas promociones en zonas costeras o en las periferias de las ciudades, que en el futuro serán todas de si una subasta no lo remedia.

El banco financió la construcción de todas las viviendas que se van a subastar. De ahí, las excelentes condiciones de la hipoteca a la que tendrán que acogerse los futuros compradores, si los hay. He aquí una prueba más de que la banca española tiene un problema de grandes dimensiones: un excedente de vivienda financiada que no sabe cómo colocar en un mercado paralizado por la escasez de crédito -las propias instituciones financieras han dejado de permitir a los compradores de las promociones que han financiado que se subrogen con ellos la hipoteca- y por unos precios que todavía no se han adaptado al nuevo escenario.

¿Es la subasta una solución? Por los precedentes, el atractivo es limitado, empezando por los precios de salida y terminando por los de adjudicación. En el pasado Salon Inmobiliario (SIMA) se anunció a bombo y platillo la subasta de pisos a la baja por la compañía Tulipp. El eslogan era conseguir hasta un 30% de descuento. El resultado es que de las 216 ofertadas sólo se vendieron 22 y a inversores, no a particulares.

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