¿Cuánto bajan realmente los precios de las casas en España?

Countrywyde, el mayor grupo de soluciones hipotecarias del mundo, está animando a sus clientes a practicar descuentos del 30% en[…]

Countrywyde, el mayor grupo de soluciones hipotecarias del mundo, está animando a sus clientes a practicar descuentos del 30% en sus propiedades inmobiliarias para reanimar el mercado. Es lo que denomina como gangas de Navidad, esas que en España, por lo visto, nadie está dispuesto a aplicar a pesar de que en este país los descensos de los precios son los más suaves entre las grandes economías mundiales desde que estalló la burbuja.

Dice Tinsa que la caída real del precio de la vivienda en España es del 10,2% incluyendo la inflación. La tasadora insiste en que habrá más descensos, que no llegarán al 30% como en otros países. ¿Por qué? Busquen una razón consistente y no la encontrarán para justificar lo injustificable: que mientras la desviación del precio sobre su valor real en otros países víctimas de la burbuja como Estados Unidos o Reino Unido no supera el 20%, en España está por encima del 50%. O en el 60% como asegura un informe de UBS.

Uno, descreído por naturaleza, cree que cualquier dado oficial tiene una valor limitadísimo. No se vende ni una casa. La situación recuerda a ese chicharro bursátil sin liquidez alguna que mantiene un precio artificial en bolsa sencillamente porque no se cruzan operaciones. Pero, ¿que ócurre cuando dos se ponen de acuerdo? Que el precio baja estrepitosamente. Eso es hoy el mercado inmobiliario español, un desierto de liquidez que, si se ajustara a la demanda, no sería una excepción este mundo en el que la crisis financiero mundial ha reducido los hechos diferenciales de cada cual a la mínima expresión.

Se emplean con ardor nuestros promotores para vendernos que los precios no pueden bajar mucho más -¿se acuerdan cuando hace más de un año Fernando Martín recomendaba comprar sin traumas porque la vivienda no iba a caer?- pero la realidad es muy terca y no hace falta más que recurrir a lo obvio. Por un lado, hay muchos menos compradores potenciales con el desempleo apuntando a la cota de los tres millones en 2009 y por otro, los bancos siguen con el grifo cerrado. Y para rematar la faena, puede que el stock de viviendas vacías alcance ya los dos millones.

El personal, que no es tonto y sabe lo que está pasando dentro y fuera de la piel de toro, espera otra fuerte caída de los precios para acceder a la primera vivienda.  Para la segunda residencia, el sector financiero impone condiciones leoninas y no financia en muchos casos más que el 60% de la operación y le importa un pito el nivel de solvencia de su cliente. Un 60% y ni un duro más.
Y eso que en las zonas de costa sí hay caídas superiores al 30% en zonas y promociones muy concretas. En estas estamos. La burbuja ha estallado pero nuestros hombres fuertes del sector inmobiliario se empeñan en tapar las vías de escape de aire del globo con todas sus fuerzas. Puede que el remedio sea mucho peor que la enfermedad y la explosión final, mucho más fuerte. Al tiempo.

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