Rebelión contra el padre de una vocal de Ahora Madrid por «ocupar» pisos

Nuria Camacho Esco es, desde octubre, vocal vecina de Ahora Madrid de Fuencarral-El Pardo, distrito que dirige Guillermo Zapata. Se[…]

Nuria Camacho Esco es, desde octubre, vocal vecina de Ahora Madrid de Fuencarral-El Pardo, distrito que dirige Guillermo Zapata. Se presentó a la candidatura desde la plataforma de Podemos del barrio. Su padre, José Carlos Camacho, utiliza dos viviendas de la Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid (antiguo Ivima) a través de la asociación Consejo General Ciudadano de El Pardo. A través de esta plataforma mantenía un concierto con la Comunidad de Madrid desde los años 90 para mantener abierto el Club de la Tercera Edad en el local de la calle de San Arturo, 3. También regentaba la Asociación de la Mujer de El Pardo, cuyos talleres ubicaba en el 3º derecha del 5 de esta misma vía. En el 1º izquierda del número 1 es donde la asociación tiene la sede. Además de subvenciones, Camacho obtenía todas estas propiedades en régimen de alquiler especial. Los espacios eran y son propiedad del Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) destinados a emprendedores.

Las dos actividades de Camacho cesaron hace tiempo. El Gobierno regional rompió el acuerdo con el Club de la Tercera Edad en 2012 al considerar que el centro no reunía las condiciones de seguridad y no tenía actividades; pero Camacho, según los vecinos, continúa «ocupando» los inmuebles de forma personal. Es «vox populi» en el barrio se pregunte a quien se pregunte. En el 3º derecha del número 5, vive su hijo, al que ven entrar y salir del bloque y encender las luces por la noche. «La otra casa es utilizada para guardar cartelería de Podemos y para realizar reuniones» de la formación morada, denuncian los inquilinos. Los locales de la planta baja permanecen con las persianas cerradas. El Ivima los anuncia en alquiler.

Deudas con los propietarios

Ciudadanos ha recibido denuncias vecinales para que se acabe con este «privilegio injustificado» y el partido naranja va a pedir cuentas a la Comunidad de Madrid. En el número 1 de San Arturo, los propietarios cuentan que Camacho dejó de abonar las mensualidades de la comunidad hace tres años. «Se le pidió que no viniera a las reuniones de vecinos porque no era propietario y dejó de pagar. Hace un año volvió a abonarlo, pero aún debe dinero», informa un residente. Narran en esta finca que una familia fue desahuciada en el bloque «porque no podía pagar al banco» mientras Camacho «utilizaba» el piso para encuentros de Podemos. «Es injusto que este señor tenga dos pisos de esta forma», indica un vecino que prefiere no revelar su identidad.

La portavoz del grupo municipal, Begoña Villacís, exige que el arrendatario justifique con documentación que es digno del uso y disfrute de estos inmuebles. «Es el momento de que Podemos y Ahora Madrid expliquen por qué se utiliza en El Pardo dos espacios para asociaciones como vivienda y para encuentros políticos. ¿Quién tiene prioridad para ellos? Las personas que están luchando, porque no le quiten su casa o los que hacen un uso fraudulento de pisos destinados a otros fines? Que muestren los papeles», declara. La representante de C?s aclara que «en ningún caso el Ivima facilita un piso para una formación política y sus menesteres. En Fuencarral está la Asociación de Mayores Acuarelistas, a la que no le conceden un local y nos encontramos con este caso utilizándose en beneficio propio».

ABC habló ayer con José Carlos Camacho, quien explicó que en esas viviendas se siguen realizando «actividades normales» de su asociación. «Hacemos encuestas, buscamos terrenos baldíos para hacer viviendas sociales e incluso investigamos toda la historia de El Pardo como la de un convento de monjas en la que se podría hacer una residencia de ancianos. ¿Sabe que hay 180 pisos vacíos en el barrio?», manifestaba. Según Camacho, su plataforma continúa activa «por el bienestar del distrito». «Estamos declarados como asociación y tenemos nuestros datos y pagamos nuestros impuestos», añade. Solicita que los acusadores hablen con él para aclarar la situación, pero los vecinos se han rebelado.


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