¿Qué hace que Erdogan y Vladimir Putin parezcan almas gemelas?
El encuentro en San Petersburgo entre los presidentes ruso, Vladimir Putin, y turco, Recep Tayyip Erdogan, constituye -más allá de[…]
El encuentro en San Petersburgo entre los presidentes ruso, Vladimir Putin, y turco, Recep Tayyip Erdogan, constituye -más allá de la búsqueda de sinergias entre dos potencias que hoy se sienten hostigadas por Occidente- el entrelazamiento de dos personalidades políticas llenas de semejanzas. Estas son algunas de ellas:
Tiempo en el poder
Desde 2002, Erdogan ha ganado siempre las elecciones en Rusia, y ha sido presidente y primer ministro para mantenerse arriba sin quebrar las reglas.
Putin ha sido también presidente y primer ministro desde el año 2000, utilizando en cada ocasión a su número dos, Medvedev, para alternarse, sin dejar lugar a dudas de quién es el que manda.
Autoritarismo
El golpe militar de julio ha servido de excusa a Erdogan para eliminar a miles de rivales que ya figuraban en «listas negras»
Putin se ha mostrado igualmente implacable con los políticos y empresarios que han tratado de hacerle frente. Muchos han acabado en los tribunales de justicia, en la cárcel o se han exiliado.
Talante populista
El líder islamista turco es un populista nato. Se apoya en las manifestaciones públicas de leales enfervorizados. La petición de reinstaurar la pena de muerte "porque lo pide el pueblo" es típicamente demagógica.
El líder ruso utiliza el arma nacionalista. Esgrime la nostalgia de la potencia que en su día fue Rusia, tal como se ha puesto de relieve en la crisis de Ucrania.
Aversión a las críticas
Centenares de medios críticos con el gobierno islamista han sido cerrados en Turquía, con el pretexto de su «simpatía» con los golpistas. Con Erdogan, la libertad de prensa en Turquía, siempre deficitaria en comparación con el estándar occidental, ha vuelto a la edad de piedra.
Desde la llegada de Putin, Rusia figura por su parte entre los países con más medios de comunicación y periodistas perseguidos por los tribunales. "Freedom House" la coloca en el puesto 83, en una tabla en la que el 100 constituye el punto más bajo.
