Preferentes y acciones de Bankia, un puzzle que no encaja

La conversión de preferentes por acciones puede ser la peor de las opciones. Y si no, que se lo digan a los afectados de Bankia. Quienes canjearon en marzo, asumen pérdidas latentes que rondan el 75%.

Hace unos meses, el presidente de la CNMV, Julio Segura, confirmaba durante la presentación de su Memoria de Actividades para 2012 el gran problema que se ha desatado con la inadecuada comercialización de participaciones preferentes en España. El máximo responsable del supervisor relataba que en este ejercicio redoblaría sus esfuerzos por velar por la mejor protección para los afectados con este producto. Entre otros temas, Segura mencionó que elaboraría una guía sobre "buenas prácticas" que deberían cumplir las entidades y sugirió que, a la hora de hacer ofertas de canje, prefería las acciones por encima de otras conversiones, como bonos, deuda subordinada o contingentes convertibles.

Sin embargo, paradojas de la economía, la conversión en acciones puede convertirse en la peor de las opciones. Basta mirar un par de ejemplos: BBVA decidió en noviembre de 2011 canjear sus preferentes por bonos convertibles, un producto más complejo en la práctica que la acción, pero que puede llegar a no ser tan perjudicial para el bolsillo. A día de hoy, los bonos convertibles por los que se canjearon las preferentes de BBVA cotizan prácticamente a la par en el mercado secundario, lo que indica que quien deseara venderlos obtendría por ellos un precio similar al de su compra. Sí es cierto, no obstante que en este periodo, las acciones del banco se han dejado un 13%, con lo que la futura conversión (la primera ventana está establecida para junio) supondrá pérdidas para los inversores. Pero no serán muy abultadas, porque la entidad se comprometió a pagar un cupón anual del 6,5% por sus bonos, un interés que recibirán religiosamente sus inversores.

Los datos, sin embargo, pintan algo más feos si se analiza el caso de las preferentes ya canjeadas de Bankia. En este caso, la entidad dio hace apenas dos meses la opción de conseguir efectivo asumiendo una pérdida del 25% o canjear por títulos bursátiles aceptando un compromiso de permanencia de, al menos un año. Los que optaron por esta última alternativa saben claramente que se equivocaron.

La caída de las acciones de Bankia es un drama para los más de 400.000 pequeños inversores que cuentan con títulos de la entidad. Pero lo es más aún para los que canjearon sus preferentes el pasado mes de marzo. Quien desee vender hoy sus acciones para conseguir liquidez asumirá ¡unas pérdidas que rondan el 75%! Esto es así ya que desde que se realizó el canje de preferentes por acciones, los títulos de Bankia se han desplomado un 40% (en marzo cotizaban en torno a 3,09 euros y ahora se mueven en los 1,84 euros). Pero, encima, la entidad puso el listón de partida más arriba: el precio de canje que determinó Bankia fijó la cotización en 3,31 euros, un 12% por encima de la valoración de mercado de entonces. Hasta aquí, por tanto, la pérdida latente ascendería al 44 por ciento. Pero a esta depreciación habría que sumar el descuento del 25% que aplicará la entidad a quien se deshaga de sus títulos antes de que pasen doce meses desde la conversión.

Conclusión, recorte por aquí, recorte por allá, vender ahora supone renunciar a un tercio de la inversión inicial realizada. Quien invirtió 50.000 euros en preferentes, debería conformarse ahora con recuperar apenas 12.500 euros. Y ahí va otro dato lamentable: más del 90% de los dueños de preferentes y bonos aceptó el riesgo de convertirse en accionista a largo plazo de Bankia. Apenas un 10% siguió el consejo de la mayoría de los expertos: "toma el dinero y corre" (aunque fuera con una pérdida del 25%).

Ahora, sólo les queda el consuelo de esperar una recuperación de la acción, algo por lo que, a día de hoy, apuestan muy pocos.

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