Los hijos de De la Mata: «Era un hombre de bien, de paz y conciliador»

«¿Dónde está el monolito de papá?», se preguntaron el pasado fin de semana Mercedes e Ignacio, dos de los hijos[…]

«¿Dónde está el monolito de papá?», se preguntaron el pasado fin de semana Mercedes e Ignacio, dos de los hijos de Enrique de la Mata Gorostizaga, al ver que había desaparecido de la glorieta de Rubén Darío el monumento en homenaje a su progenitor. Su nombre está incluido en el listado del «callejero franquista» de la Asociación de la Recuperación de la Memoria Histórica, aunque no se encuentra en la relación de reminiscencias que el Gobierno de Manuela Carmena suprimirá antes del verano. Se temieron lo peor. La familia quiere explicar a la alcaldesa quién fue su padre, un hombre que ocupó cargos políticos al final de la Dictadura y en la Transición. En 1981 se convirtió en el primer presidente español de la Cruz Roja Internacional, cargo que ocupó hasta 1987, año en que falleció en el estadio olímpico de Roma a consecuencia de un infarto. «Era un hombre de bien, de paz y conciliador», afirma su hijo.

El grupo municipal popular pidió ayer explicaciones y, tras la Junta de Gobierno de cada jueves, desde Cultura se justificó su retirada por «labores de conservación». Dijo la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre, que estaba afectado tras dos accidentes de tráfico producidos en la boca de Metro. La familia asegura que el monolito se encontraba en perfecto estado.

El paso elevado que se conoce popularmente como el puente de Juan Bravo en realidad recibe el nombre de Enrique de la Mata Gorostizaga desde 1988 hasta nuestros días. El Ayuntamiento, que dirigía entonces el socialista Juan Barranco, aprobó por unanimidad en Pleno rendirle tributo, fundamentalmente por su labor al frente de la Cruz Roja Internacional. El homenaje, con una piedra de granito y una placa, se ubicó tras la estación de la boca de Metro de Rubén Darío dispuesta en el número 4 de la rotonda. Allí estaba la sede del organismo. El pasado 28 de enero desapareció porque el Área de Cultura y Deportes ordenó su retirada. Ayer, justificó que se debía a «dos graves accidentes» de tráfico que habían afectado a su recuerdo; pero esta versión no convence a la familia de un hombre con gran proyección internacional en los 80. «No le afectaron. No tenía ni pintadas», afirman. En la madrugada del 14 de marzo de 2014, un BMW X5 empotró y encajó el vehículo en la estación del suburbano. Otro accidente similar ocurrió en agosto de 2003 con un Peugeot 206. Lamenta Mercedes que no les hayan informado ni de la retirada ni de los motivos de la misma.

Su familia espera poder explicar a la alcaldesa, Manuela Carmena, que su padre «no fue designado por Franco, no participó en la guerra y que no tuvo vínculos con las dos zonas». El Ayuntamiento garantizó este jueves que se repondrá el monolito, pero que se reubicará. No especificaron lugar ni fecha para el nuevo emplazamiento.


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