La carta de tres niños a la Policía ofreciéndose como espías se hace viral

Una carta de tres niños suecos a la policía de Hanninge, una pequeña isla que forma parte del archipiélago de[…]

Una carta de tres niños suecos a la policía de Hanninge, una pequeña isla que forma parte del archipiélago de Estocolmo, en la que ofrecen sus servicios como «espías» se ha convertido en un fenómeno viral en Suecia y ha sido compartida por cerca de 20.000 personas en apenas 24 horas.

En su traducción al castellano, la carta, escrita a mano, comienza con: «Hola Policía. Mis amigos y yo nos preguntamos si podemos ayudar con algún crimen. Tenemos nueve y siete años. Mi nombre es Stella y mi hermano pequeño se llama Malte y mi amiga Moa-Li». Los aspirantes a policía detallan, a continuación, su curriculum y sus aficiones. «Nos gusta jugar al fútbol y pintar, pero lo que preferimos es espiar». Y terminan con una advertencia que pone de manifiesto los límites de su valor infantil: «Pero no queremos estar involucrados en algún crimen demasiado peligroso».

La policía de Hanninge compartió la carta de los pequeños en su cuenta de Facebook y la ha puesto en el cartel de anuncios de la comisaría. En declaraciones al diario Aftonbladet, el inspector Pär Lundqvist explicó que se han puesto en contacto con la madre de uno de ellos para agradecerles la oferta. «Los niños estaban tan felices de que les contactáramos como nosotros de recibir su carta. Les hemos prometido que lo tendremos en cuenta, bien invitándoles a venir o yendo a visitarles nosotros», comentó.

La carta de Stella, Malte y Moa-Li no es la primera dirigida a la policía que se convierte en un fenómeno viral en Suecia. El pasado mes de abril, un hombre que pasó la noche detenido por estar más bebido de la cuenta escribió, como muestra de arrepentimiento, la siguiente misiva: «Se debe orinar en el cuarto de baño y no en otros lugares. Continúen haciendo tan bien su trabajo, policías».

También se hizo famosa la de otro joven, que acabó su juerga en los calabozos de la comisaría de Umeä, en la que recomendaba comprar una máquina de café para combatir la resaca del día siguiente. «Les doy tres estrellas sobre cinco. Volveré de nuevo», decía con humor.


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