Axel Kaiser: «Esperanza Aguirre lo habría hecho mejor que Rajoy»

Columnista en medios latinoamericanos y autor de varios libros, el chileno Axel Kaiser ha destacado en los últimos años como[…]

Columnista en medios latinoamericanos y autor de varios libros, el chileno Axel Kaiser ha destacado en los últimos años como uno de las voces liberales más influyentes de la nueva corriente en Hispanoamérica. Su voz, no obstante, no llegó a España hasta el año pasado, cuando publicó junto a la guatemalteca Gloria Álvarez «El engaño populista» (Deusto), un ensayo en el que los dos politólogos abordan el fenómeno que propició el ascenso de líderes populistas en Latinoamérica y también en Europa. Uno año después, Kaiser reedita «La teoría de la igualdad. Por qué el igualitarismo es inmoral y socava el progreso de nuestra sociedad» (Deusto), un libro que publicó en Chile en 2015 con muy buena acogida.

¿Por qué el igualitarismo es inmoral?

Es el igualitarismo material, el fáctico, el que busca igualarnos en lo que producimos, y en el caso extremo en cómo vivimos y lo que decidimos. Es inmoral porque el liberalismo reconoce en el ser humano un agente capaz de diseñar su plan de vida: es profundamente igualitarista en el sentido moral, en que todos deben tener una misma dignidad. Como tenemos la misma dignidad se nos aplican a todos las mismas reglas. Y como somos distintos, vamos a tener resultados diferentes. Vamos a tener desigualdad. Pero, cuando intentas disminuir regresivamente esa desigualdad que se produce por la diversidad humana, tienes necesariamente que atacar la igualdad y ya no puedes aplicar la igualdad ante la ley en la manera en que se aplica.


Si en el fútbol trataras de igualar a Cristiano Ronaldo y Messi con el resto de jugadores, tendrías que poner leyes especiales que les impidieran jugar de la manera en que lo hacen para que jueguen como los demás. Pero como se les aplican las mismas reglas, pueden ser los mejores y ganar mucho más dinero que los demás. Por otra parte, muchas veces el igualitarismo destruye los incentivos para desarrollar los potenciales de cada uno. Si a mí me impiden beneficiarme del desarrollo de mis talentos, me iré a otro país u optaré por otra profesión. En el peor de los casos, ni siquiera trabajaré. Por ahí va el argumento.

Aumento de la desigualdad

¿Fenómenos como la elección de Donald Trump o el Brexit no se explican, en parte, por la desigualdad económica y social?

Hay algo de eso, en el sentido de que se percibe que hay una élite económica y política, lo que llaman «casta». Es cierto que hay élites, unos grupos de interés muy grandes que están interconectados, con una agenda propia, distinta a la del resto. Hay algo de eso que en la práctica es verdad. Pero eso no es necesariamente resultado de procesos de mercado, de competencia y libertades económicas. Es al revés: juntan a grupos económicos para que el gobierno les beneficie. Luego esos son financiados por estos grupos, que les pagan sus campañas políticas o les dan trabajo en sus empresas. Y por otro lado están los bancos, que son rescatados también por los gobiernos.

El ciudadano promedio tiene la sensación de que hay una injusticia en el sistema, pero lo que ocurre es una degeneración del mercado. Nadie está enojado con Steve Jobs, con Bill Gates o con los dueños de Zara. Es contra las élites bancarias, financieras y el mismo poder político. Y esto se vio en Inglaterra con el Brexit y en EE.UU. con Trump.

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El FMI ha reconocido que hay un problema de desigualdad. Christine Lagarde dijo que se debe prestar atención a aquellos que están en riesgo de quedarse atrás.

Yo sería partidario de evaluar si conviene mantener el FMI. Es uno de los mayores arruinadores que hay en el mundo, sobre todo con los países en vías de desarrollo. Lagarde ha sido procesada por corrupción en Francia, así que lo que diga me tiene sin cuidado.


Aunque sí comparto la tesis de que hay que preocuparse por los que están rezagados, pero no es lo mismo que bajar a los que ya están arriba. Si la preocupación es que los pobres estén mejor, yo estoy de acuerdo. Pero si nos vamos a estar fijando que el que tenga un rólex no lo tenga, que es lo que dice Thomas Piketty... No sirve de nada.

Existe un mito de que hay un par de ricos que tiene tanta plata que si se la quitamos todos vamos a vivir para siempre poco menos que sin trabajar. Eso es totalmente falso. Si quitas absolutamente todo lo que tiene al 5% más rico en España no te va a dar para financiar más de un par de meses del gasto del Estado español. Concuerdo con el enfoque de preocuparse por los que están mal, pero no es un problema de desigualdad, es un problema de pobreza.

Papel del Estado

¿Qué mecanismos tiene el Estado para arreglar este problema?

En el libro cito un estudio sobre si el Estado podría mejorar la desigualdad de ingresos: examinaron distintos países y concluyeron que no. No existe ninguna evidencia de que el Estado mejore la desigualdad redistribuyendo la riqueza. Porque cuando aplicas impuestos y mecanismos fiscales afectas al crecimiento económico y al desempleo, que la gente se quede sin trabajo. Y eso afecta a la desigualdad. Por otro lado, cuando el gobierno redistribuye no lo hace necesariamente entre quienes más lo necesitan, sino entre muchos grupos de interés que los apoyan. Y después tiene escándalos de corrupción, una ineficiencia brutal, se construyen obras públicas que nos sirven para nada...

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Incluso si estuviéramos de acuerdo en que hay que disminuir la desigualdad, cosa en la que yo no creo ?yo creo en disminuir la pobreza, no en disminuir la desigualdad?, que el Estado redistribuya los recursos no es necesariamente el camino. Al final eso es darle más plata a los políticos, y los políticos la van a usar para ser reelegidos.

Cuando habla de los fallos del mercado te refieres a ellos como meros accidentes, y cuando hablas del Estado lo identifica con un sistema corrupto por naturaleza e ineficiente, como si no pudiera resolver los problemas. ¿El Estado no tiene mecanismos para resolver los problemas?

Hay políticas públicas que, cuando están bien hechas, pueden ayudar, sí, lo que ocurre es que el Estado son personas de carne y hueso, igual que en el mercado, que no es ni mucho menos una entidad de ángeles. ¿Por qué creo yo que el Estado funciona peor que el mercado? Porque los incentivos son muy diferentes: cuando te equivocas en el mercado, lo pagas con tu propio dinero. Cuando te equivocas en el Estado, no pagas ningún coste, lo paga otro. Por lo tanto, el incentivo a hacer las cosas bien es mucho más bajo.


Hay además toda una lógica burocrática y de intereses que no se ve en las empresas. Si yo tengo una empresa a mí no me conviene tener a alguien que es malo porque es pariente de un amigo porque me cuesta mi dinero. En el Estado esa es la lógica general: se mete gente por compromisos políticos. Hay una ineficiencia brutal. El Estado puede tener durante décadas organismos públicos con déficit.

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Ahora, no digo que el Estado no sea necesario: cumple un rol fundamental, que es la igualdad ante la ley y poner las reglas. Y también puede hacer políticas públicas bien hechas, con gastos focalizados. Es difícil, pero lo puede hacer.

Dices también que cuando un organismo estatal no funciona la solución es privatizarlo.

Cuantos menos aspectos de la vida de las personas estén manejados por los políticos, mejor. Habrás más eficiencia, más libertad para la gente, aumentará la calidad de vida... Si en España la Liga de fútbol la controlaran puros empleados estatales y estuviera controlado por el Estado, ¿cómo sería? Probablemente una de las peores del mundo. Es una de las mejores porque funciona con lógica privada.

La Sanidad pública española funciona con una lógica estatal.

Sí, pero con déficit. El Estado español tiene un cien por cien de déficit. Claro, tú me puedes decir: «Nos podemos endeudar». Yo también me puedo endeudar en el mundo privado, pero en algún minuto voy a tener que pagar, voy a quebrar. Y el Estado español es un monstruo: el dinero se gasta pésimo según todos los estudios que hay disponibles.

El sistema sanitario estadounidense...

No es privado. Una de las partidas más grandes del presupuesto del gobierno federal es el sistema de salud. Se financia en buena medida con recursos de los contribuyentes. Lo que ocurre es que las corporaciones privadas y la clase política se han aliado, y las leyes que han hecho benefician a las compañías: han restringido la competencia, han prohibido la importación de medicamentos más baratos, han entregado a compañías privadas un sistema cerrado para que puedan ellos llenarse los bolsillos con legislaciones que han hecho en el Congreso. Es decir, es el Estado el que les ha dado ese derecho, y sin que tengan que competir. Es como si en la Liga española solo pudieran jugar jugadores españoles. El sistema de salud es uno de los sistemas más ineficientes del mundo por la intervención del gobierno, no porque haya mercado.

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Socialdemocracia

Si los problemas del Estado se pueden solucionar con la privatización, ¿por qué la nacionalización no es una solución?

Se ha intentado muchas veces, y siempre ha sido un completo fracaso. Se ha intentado en Corea del Norte, Alemania Oriental, Cuba, Chile o China, y siempre ha fracasado. No existe ningún país que haya tenido una economía centralmente planificada que no haya sido una dictadura.

¿Y la vía socialdemócrata?

La socialdemocracia reconoce el capitalismo como el motor central de la economía. Lo que propone fundamentalmente no es que el Estado controle los medios de producción, o que se dedique a hacer negocio, sino redistribuir más los productos de la riqueza que se crean en el mercado. Yo eso lo puedo entender. Pero el Estado es un mal gestor de negocios porque no tienen las competencias técnicas. Por eso fracasó el socialismo. Otro problema son los incentivos: al ser una empresa del Estado, las pérdidas no son de nadie, son de todos los contribuyentes. Entonces nunca la van a cerrar. En cambio, una empresa que en el mercado quiebra, cierra. Además, las empresas terminan siendo capturadas por los políticos: las utilizan para colocar a la gente de los partidos. Regulación sí, pero inteligente, no cualquier regulación.

Derecha española

¿El centroderecha no está jugando bien esa batalla de las ideas?

En España hay un gobierno socialdemócrata. Rajoy es socialdemócrata. No cree en las ideas de la libertad, no cree en el mercado. Obviamente no es socialista, no es Pablo Iglesias, que lo nacionalizaría todo, pero Rajoy es socialdemócrata. Con su mayoría en el Parlamento tuvo la oportunidad de hacer correcciones muy profundas al sistema español. El problema de la economía española es el excesivo intervencionismo estatal, y eso lo puede decir el FMI. Hay un sistema laboral muy rígido, impuestos altísimos, un sistema de pensiones que funciona con deudas...

¿Qué solución ve?

Hay que bajar los impuestos dramáticamente, hay que reducir gastos y hay que acabar con la cultura de los derechos, de que la gente tiene derecho a que le financien todo simplemente por el hecho de existir. En el paraíso era así: no necesitábamos trabajar para sobrevivir. Hay un excesivo tamaño de los Estados, no son financiables. Los números no dan.

¿Y la política? ¿Cómo se compatibilizan esas reformas con el avance de grupos como Podemos, que se han hecho fuertes contra esas decisiones?

Uno de los grandes errores de Rajoy fue no aprovechar para hacer estas reformas en un momento de crisis en el cual había poco que perder para mucha gente. España estaría mucho mejor de lo que está hoy, a pesar de que está mejor que hace dos años. Imagine que España se convirtiera en un destino atractivo para inversionistas de todo el mundo, porque los impuestos son particularmente bajos. En cambio, acá tú vienes, inviertes y en muchos te destruyen con impuestos. Rajoy podría haber hecho algo al respecto. Hay planes de cómo arreglar los problemas, pero falta voluntad política.

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Aguirre, la única liberal

¿Rajoy estaría gobernando si hubiera hecho lo que expone?

No lo sé, pero habría pasado a la historia como Gerhard Schröder en Alemania. Era un socialdemócrata que reformó el Estado benefactor alemán, la agenda 2010, y permitió que Alemania se convirtiera en una economía que todo el mundo admira porque le ha ido mejor en tiempos de crisis. Pasó a la historia como el canciller que reactivó la economía alemana. Rajoy perdió una oportunidad.

¿Ve en España alguna alternativa que defienda esos postulados?

La persona más liberal, por lo que he podido ver, que defiende las ideas de la responsabilidad individual, de que la gente debe valerse por sí misma, de que los mercados resuelven más problemas de los que crean, es Esperanza Aguirre. Ella tiene una posición filosófica en la que cree en el Estado ?yo también creo en el Estado?, pero acotado al rol en el que hace las cosas bien. No me cabe ninguna duda de que lo habría hecho mejor que Rajoy. Tal vez en Ciudadanos también haya actores que se perfilaban como liberales. El consenso va a tener que cambiar. Las leyes de la economía no se pueden ignorar por razones políticas, al final se te terminan imponiendo. Rajoy ha subido impuestos, ha aumentado el tamaño del Estado, pero en algún momento va a tener que hacer algunas reformas.

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