Alta competitividad y renacimiento industrial, dos motores para EE.UU.

Con un PIB que ha crecido en más de un 2% de media desde 2009, Estados Unidos está asistiendo ahora a la recuperación económica.

Con un PIB que ha crecido en más de un 2% de media desde 2009, Estados Unidos está asistiendo ahora a la recuperación económica. De hecho, sus compañías, que antes estaban eclipsadas por asuntos como el fiscal Cliff, el techo de deuda y las preocupaciones sobre el recorte automático del gasto, se pueden apoyar en este momento en mejores ventajas competitivas, en la visibilidad a largo plazo y en un resurgimiento del crédito bancario con el que crecer, invertir y contratar, dando lugar a un círculo virtuoso de consumo y crecimiento.

El concepto de competitividad está en boca de todos en Europa, pero, Estados Unidos, en lugar de hablar simplemente de ello, ya ha puesto en marcha medidas. La competitividad de sus costes laborales es ya una realidad. Dadas las difíciles condiciones atravesadas por el mercado de trabajo, los costes laborales unitarios han subido muy poco y vuelven a ser ahora muy atractivos. Esto es especialmente cierto cuando se lo compara con la situación en China, que ha sido visto durante mucho tiempo el paraíso de los trabajos de bajo coste. Sin embargo, los cambios sociales en el país han llevado a que el salario medio se haya cuadruplicado en los últimos 10 años.

Esto ha dado lugar a lo que se ha denominado reindustrialización con compañías americanas como General Electric, que han repatriado parte de su producción. En determinados casos, los bajos costes derivados de la deslocalización ya no compensan las desventajas unidas a los costes logísticos y de transporte, la productividad, el adecuado control de los procesos y la producción, la flexibilidad y los riesgos legales.

Uno de los motores a largo plazo del crecimiento americano es el gas y el crudo de pizarra. Estados Unidos cuenta con enormes reservas, hasta el punto de que el país podría ser independiente energéticamente para 2050. Esto ha tenido un impacto inmediato en los precios, que se encuentran ahora mucho más baratos que los de otros países. El gas norteamericano, por ejemplo, se está vendiendo cerca de 3,5 dólares/MBTU (one million British Thermal Units) comparado con los 12 dólares que cuesta en Europa y los 18 de Japón.

Estos precios tan bajos benefician a numerosos sectores industriales como el petroquímico, donde la energía puede suponer hasta el 30% de los costes de producción. Pero todos los sectores altamente consumidores de energía como metalurgia, cemento y vidrio se beneficiarán de una evidente ventaja competitiva en los mercados internacionales.

Este renacimiento industrial debería contribuir ampliamente al PIB, pero también ayudaría a reducir el desempleo. Se estima que ya se han creado 500.000 puestos de trabajo en dos años gracias al gas y crudo de pizarra. Asimismo, las estimaciones sugieren que cada nuevo trabajo da lugar a tres o cuatro puestos de trabajo indirectos, y el Boston Consulting Group calcula que para 2020 se habrán creado entre 2,5 y 3 millones de puestos de trabajo. 

Christophe Foliot, Vice-Director, jefe de renta variable norteamericana e internacional.

En portada

Noticias de