Un año decisivo para la renta fija

Crecimiento -o no-, inflación, incertidumbre fiscal, cambios políticos inesperados. Son los cuatro frentes que los gestores de renta fija deberán despejar en un año de inflexión para la inversión en deuda.

Los inversores en renta fija comienzan a dejar atrás uno de los mayores rally en los mercados de la historia. Durante décadas, los ahorradores han disfrutado de un periodo dulce: retornos de doble dígito sin apenas asumir riesgo en sus carteras. Pero como llevan advirtiendo los expertos varios meses ya, las perspectivas para la deuda pronostican un escenario complicado. De rentabilidades incluso en terreno negativo y volatilidad. 2016, con la deuda gubernamental en mínimos, fue un aperitivo del nuevo contexto, aunque algún susto geopolítico abrió oportunidades para los gestores más hábiles. 2017, en cambio será el año definitivo de la inflexión ven desde la gestora internacional BlackRock.

Para los próximos 12 meses veremos, al fin, una vuelta a la inflación a escala global. Un cambio de tendencia dirigido por la presión salarial en Estados Unidos y que se estabilizará con el aumento de crédito en la zona euro así como la mejora en los precios de las materias primas. Pero además de la macro, habrá que estar atentos al terreno político. El crecimiento del populismo en el futuro cercano deberá ser algo a tener en cuenta al construir una estrategia de inversión. No necesariamente serán catalizadores negativos. «El populismo genera 'momentum' y esto se refleja en los mercados de capital», afirma Andreas Doerrenhaus, responsable de estrategias de renta fija corporativa flexible en Europa. Sin embargo, serán movimientos sin sustento en los fundamentales. Es por ello por lo que habrá que esperar un mercado más volátil en 2017 y ciclos más cortos que en el pasado. ¿Cómo afectarán estos factores al inversor? «Subirán las rentabilidades de los bonos con duraciones largas a nivel global y los activos que ya ofrecen retornos bajos -como la deuda soberana europea- podrían suponer pérdidas», apunta Doerrenhaus.

DÓNDE ESTÁN LAS OPORTUNIDADES

Pese a los diferenciales comprimidos, sigue habiendo oportunidades en renta fija. Eso sí, habrá que tener una estrategia global, flexible y diversificada. Son las tres patas sobre las que se apoya el equipo del BGF Fixed Income Global Opportunities Fund (FIGO), un fondo que combina las mejores ideas de BlackRock en el mundo de la renta fija, con la capacidad de invertir sin las ataduras de un índice de referencia, sin restricciones a nivel sectorial o geográfico. Esa libertad es la que permitirá beneficiarse incluso de un entorno de subidas de tipos de interés ya que la duración del fondo puede también moverse al terreno negativo. «La selección de activos será clave ya que las oportunidades de valor relativo en los mercados de crédito y de tipos aumentarán debido a la divergencia en política monetaria», explica Doerrenhaus.

Dicho esto, habrá que tener también cautela, porque hay ciertas clases de activos cuyos precios no reflejan su valor real debido a los efectos de la política monetaria, momentum político o falta de liquidez en el mercado. Por ello es importante un enfoque global ya que cada vez es más difícil encontrar valor en una única clase de activos o región concreta. El equipo de FIGO ve oportunidades en activos que ofrecen cierta protección ante un periodo de subida de tipos. Del lado del crédito, esto significa deuda global de grado de inversión y high yield (alto rendimiento) dado sus fundamentales estables y un momentum positivo en el crecimiento. También les gustan los bonos subordinados de compañías fuertes, con rentabilidades de entre el 3 y el 10 por ciento, por su menor sensibilidad a esa alza de tipos.

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