Fiscalidad de los ETF: ¿Cómo se reflejan estos activos en la declaración de la Renta?

Dado que los ETF funcionan como acciones, su fiscalidad actúa también de esta manera

Los ETF o Exchange Trade Fund son vehículos que se negocian en el mercado secundario y que ponderan a un índice. Es decir, el inversor no compra acciones de un índice, sino que compra la ponderación de esos valores que conforman el índice.

La inversión en ETF implica una serie de ventajas de estos activos, incluyendo la liquidez y la flexibilidad de negociación de una acción y la comodidad de un fondo, sus principales puntos fuertes.

Con todo esto, los ETF no están exentos de riesgo. El principal de ellos es el riesgo de capital. Según esto, el valor de la inversión y el ingreso que se obtienen varían. Asimismo, el inversor debe tener en cuenta el impacto que puede tener en estos activos los impuestos internacionales, y la fluctuación de las monedas locales.

Como ya hemos visto, la inversión en ETF no es para todo el mundo. Conviene contar con una experiencia y un conocimiento financiero para invertir en este tipo de productos. Además, la inversión en ETF no es flor de un día, ya que el inversor tiene que estar pendiente de su posición, debido al alto riesgo que comportan.

Cómo incluir ETF en la declaración de la Renta

Si es la primera vez que se invierte en ETF, es normal que surja una duda razonable: ¿De qué forma tiene que reflejarse en la declaración de la Renta estos activos?

Respondiendo a esta pregunta, los ETF se incluirán dentro de las rentas del ahorro, y dentro de ellas, como ganancia o pérdida patrimonial. Además, se tributarán de forma distinta, desde una ganancia de hasta 6.000 euros (19%), a una cantidad superior (21%) hasta llegar a superar los 200.000 euros (26%).

Los inversores, además, deben conocer la regla de los meses, según la cual, cuando se venden activos a un precio bajo, para poder utilizar esa pérdida patrimonial y pagar así menos impuestos, hay que esperar dos meses para poder comprar los mismos activos. Mientras tanto, no se puede contabilizar o compensar esa pérdida.

Una excepción a esta regla, precisamente, es la inversión en ETF. Y es que, debido a que los ETF funcionan como acciones, es lógico que su fiscalidad actúe también de esta manera. Si quieres conocer más diferencias entre las acciones y los ETF, te recomendamos echar un vistazo a nuestra pieza dedicada a esta temática.

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