Cómo sacar partido al dominio de las máquinas
La revolución tecnológica y la robótica son ya una realidad que lo inunda todo y que está transformando el mundo[…]
La revolución tecnológica y la robótica son ya una realidad que lo inunda todo y que está transformando el mundo en el que vivimos. Lejos del alarmismo de escenarios apocalípticos en los que las máquinas dominan a los humanos, los ahorradores pueden beneficiarse de las mejoras que esta revolución supone en sus vidas y además ganar dinero, porque la robótica se ha convertido en toda una megatendencia de inversión. «Debe ser un tema a considerar por todos los inversores a largo plazo, ya que es lo que va a cambiar nuestra economía y la sociedad en los próximos 20 años: será un motor de crecimiento en las carteras y de la productividad en la economía», explica Henk Grootveld, máximo responsable del equipo de Trends Investing o inversiones en tendencias en Robeco.
Ana Guzmán, responsable del desarrollo del negocio en Iberia de Aberdeen AM, coincide con esta idea: «Sin lugar a dudas la robótica es una temática a considerar a largo plazo por el impacto que está teniendo y tendrá en todos los aspectos de nuestra vida y de la economía. Cada vez más la revolución digital está impactando en el día y a día y los avances se producen con mayor rapidez», señala. «Es una temática de inversión por la que llevamos apostando en los fondos desde hace tiempo. La inteligencia artificial está en pleno apogeo con aplicaciones para todos los sectores industriales», añade Jaime de León Calleja, gestor de renta variable de Mutuactivos, especializado en el sector tecnológico.
Para Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latinoamérica, está claro que robótica e inteligencia artificial conforman un tema de inversión en una amplia gama de industrias que a largo plazo proporciona exposición a crecimiento y valores cíclicos: «Se basa en megatendencias, que incluyen envejecimiento de la población, crecimiento económico y necesidad de aumentar la productividad, sostenibilidad, desarrollo tecnológico y paso de producción masiva a individualización masiva», explica.
Tom Riley, gestor del AXA WF Framlington Robotech, y Stephane Lago, especialista de producto de Framlington Equities, explican que este mercado podría crecer entre un 10 y un 15 por ciento anual hasta el año 2051. «Este segmento proporciona atractivas oportunidades para los inversores. Los avances en la tecnología han hecho a los robots capaces de hacer trabajos muy sofisticados, así como trabajar con humanos para impulsar la productividad».
Para Angus Muirhead, gestor en Credit Suisse Wealth Management centrado en robótica, «en la medida en que los robots son más capaces de hacer un mayor rango de tareas, la potencial oportunidad de mercado para la robótica y los sistemas automáticos se expande significativamente». El gestor habla de una nueva generación de robots, lejos de los titanes utilizados en la industria pesada, que encajan para una producción más variada y delicada. «Vemos una gran oportunidad para la robótica no solo en la fabricación de tamaño pequeño y mediano, sino también en industrias de servicios como hoteles y restaurantes, e incluso en los hogares», pues la temática -con continuos avances en tecnología y caídas en los costes- presenta un potencial de crecimiento secular de largo plazo.
En general, robótica y tecnología son temáticas a considerar en la actual situación de mercado, dado tanto su crecimiento secular como su exposición a megatendencias: «Nos referimos a la capacidad de crecimiento del sector con la revolución digital, el Internet de las cosas, los coches autónomos y la realidad virtual», añade María Jesús Martínez Pardell, gestora del fondo Caixabank Comunicaciones en CaixaBank AM.
Cómo invertir en el sector
En general, los expertos creen que estas inversiones son aptas para todos los públicos: «En las carteras de acciones tradicionales hay que innovar y, con un horizonte de medio y largo plazo, puede convenir tener entre un 3 y 5 por ciento en inversiones temáticas, incluyendo tecnologías disruptivas, donde destaca la robótica e inteligencia artificial», explica Rengifo, que apuesta por la gestión activa con el fondo Pictet Robotics, si bien en el mercado hay también oferta de fondos de gestión pasiva con esta temática. «Es necesaria la gestión activa para identificar ganadores, pues la innovación tecnológica es muy cambiante y los nuevos desarrollos pueden irrumpir rápidamente ante tecnologías anteriormente prometedoras», dice.
Aunque dicha oferta no es excesivamente amplia en el tema específico de la robótica -lo es más si el campo se abre a la tecnología en general-, hay productos muy característicos, como el fondo mencionado de Pictet AM, productos de AXA WF Framlington, Candriam y Credit Suisse AM, y también el ETF de robótica lanzado recientemente por iShares.
Pictet Robotics ha tenido un gran éxito, que ha obligado a un cierre suave, pues sus activos han alcanzado los 3.157 millones de dólares en menos de dos años desde el lanzamiento en octubre de 2015, cerca de la capacidad máxima considerada (3.500 millones): Pictet ha cerrado el fondo a órdenes de compra superiores a dos millones de dólares por cliente y día, manteniendo libre la entrada a montos inferiores y a reembolsos, con la idea de «mantener los objetivos y principios del fondo, protegiendo a los inversores actuales», explica Rengifo.
El fondo invierte en 40-60 compañías (la mitad de pequeña y mediana capitalización), una diversificación suficiente para mitigar el riesgo de una compañía o tecnología, pero concentrada para reflejar la alta convicción. La exposición media al tema por ventas de las compañías seleccionadas es actualmente del 72 por ciento. La mitad de las empresas tiene sede en EE.UU., seguido de un 25 por ciento en Europa y Asia -donde Japón representa el 20 por ciento, seguido de Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong-. El fondo distingue tres segmentos: automatización industrial (fabricación, logística -almacén completamente automatizado y drones- o impresión 3D), tecnologías facilitadoras (movimiento y percepción) y aplicaciones y servicios relacionados con consumo (salud, robots domésticos, sistemas remotos).
Otro de los más conocidos es el AXA WF Framlington Robotech, un fondo de gestión activa centrado en acciones de compañías con buena calidad (líderes en sus campos e innovadoras) expuestas a la temática de la robótica y la automatización. Algunas de estas firmas pueden ser pequeñas y jugadores puros mientras otras son compañías más grandes con exposición significativa al tema, y son seleccionadas con una visión de largo plazo (3-5 años) y con un exhaustivo trabajo de análisis. La estrategia implica tres principales aplicaciones de la robótica: la automatización industrial global, el transporte y la salud. También invierte en los facilitadores de esas tecnologías (software, semiconductores, conectores y el Internet de las cosas).
Otro de los clásicos es el fondo Credit Suisse Global Robotics: «Esta estrategia ha sido diseñada para proporcionar una exposición pura a la temática, manteniendo una adecuada diversificación y liquidez», a diferencia, dice el gestor, de otros fondos comparables que invierten en diversas firmas tecnológicas con poca exposición a la robótica. «Requerimos que al menos un 50 por ciento de los ingresos procedan de la venta de bienes o servicios directamente relacionados con la robótica, automatización o inteligencia artificial», explica, y su selección es fruto de un profundo análisis fundamental que huye de los índices y se basa en la convicción. Se posiciona en empresas con sistemas usados en fábricas pero también apuesta por el uso de la robótica en áreas como hospitales, hoteles, sistemas de transporte y hogares: «Con el tiempo, el mercado total para la robótica y automatización en estas áreas será mayor que la oportunidad industrial».
Uno de los últimos en llegar ha sido el Esfera Robotics: se lanzó en abril del año pasado. Y hace solo unos días Candriam anunciaba el lanzamiento de una nueva estrategia centrada en la robótica y las tecnologías innovadoras, con una cartera de alta convicción con un máximo de 50 empresas. «Los robots avanzados serán la piedra angular de la cuarta revolución industrial, una revolución tecnológica que generará cuantiosas ganancias para los inversores que miren hacia el futuro», señala el gestor, Johan Van Der Biest. «Solo estamos en el 20 o el 30 por ciento de lo que será posible en el campo de la robótica».
El uso del aprendizaje automático y la inteligencia artificial, el big data, la transición hacia la nube pública, la generalización de la tecnología OLED, la realidad virtual, las redes 5G, el Internet de las cosas, la robótica avanzada y la publicidad programática son ejemplos de las tendencias en las que invierte.
En el mundo de la gestión pasiva, a finales del año pasado, iShares lanzó varios ETFs que invierten en megatendencias temáticas, entre los que figuraba el iShares Automation & Robotics UCITS ETF, que sigue un índice que invierte en empresas innovadoras en diversas tecnologías, como la robótica de producción. «Hasta el 45 por ciento de las actividades laborales a escala mundial podrían automatizarse utilizando la tecnología actual», dicen en la gestora.
Fondos tecnológicos y peso fuerte en las carteras
De forma más amplia, existen fondos que se posicionan en el segmento de la tecnología y están más o menos enfocados a la robótica. Es el caso por ejemplo de Caixabank Comunicaciones, fondo de renta variable global que se posiciona en este sector; de Mutuafondo Tecnológico -un fondo de fondos en el que los productos subyacentes apuestan por compañías con exposición al sector- o el Global Technology, de Fidelity, que invierte parte de su cartera en la temática de robótica, pues cree en esta tendencia, entre otros, por motivos demográficos: «Dado que habrá menos trabajadores para sostener a las generaciones mayores, la necesidad de mejorar la productividad será cada vez mayor y el despliegue de la automatización robotizada ofrece una forma obvia de abordar este problema», comenta el gestor, HyunHo Sohn.
Aberdeen cuenta con varios fondos con un peso importante de la tendencia de robótica en cartera, por ejemplo, un fondo japonés que apuesta por compañías líderes en sus sectores. «Las mayores empresas de robótica líderes mundiales tienen sede en este país y apostamos tanto por las de robótica como todas las relacionadas en la cadena de valor. Es cierto que las valoraciones han subido pero nosotros siempre nos planteamos la inversión en compañías de calidad, líderes en sus sectores y con altas ventajas competitivas. Y este tipo de compañías suelen presentar valoraciones más elevadas que otras», explica Guzmán.
El fondo de crecimiento global de Robeco, llamado Tendencias de Crecimiento Global -Global Growth Trends o Rolinco para los inversores holandeses-, tiene una de sus cuatro tendencias dedicadas a lo que llaman «el renacimiento industrial». Esta tendencia trata todo lo relacionado con robots, automatización de fábricas, o automóviles autónomos: «Cualquier empresa que pueda beneficiarse de la introducción de nueva tecnología en el segmento B-to-B y que pueda considerarse un ganador a largo plazo es un candidato potencial para nuestra cartera».
Pieter Schop, gestor principal del fondo de tecnologías de la información de NN IP, explica que el fondo hace uso de la robótica ya en la gestión, pues incluye un análisis cuantitativo en la estrategia de selección de valores, para asegurar «un proceso de inversión riguroso y disciplinado que puede procesar muchos más datos que los humanos». Entre otras tendencias, aprovecha la de la robótica aunque advierte de que, dado que es ampliamente reconocida en el mercado, los jugadores directos están a menudo sobrevalorados. Por eso su modelo selecciona valores con precios atractivos en relación a su perfil de crecimiento y características de riesgo e, indirectamente, juega el tema de la robótica con una gran sobreponderación en el sector de semiconductores, con valoraciones más atractivas.