Por qué no habrá creación de empleo en la segunda mitad del año

"Ya lo pensaré mañana", era el 'leitmotiv' de la heroína de 'Lo que el viento se llevó'. Si lo aplicamos[…]

"Ya lo pensaré mañana", era el 'leitmotiv' de la heroína de 'Lo que el viento se llevó'. Si lo aplicamos al Ministerio de Trabajo sobre los datos de paro, la frase sería "Habrá creación de empleo en la segunda mitad del año", da igual que el ministro fuese Celestino Corbacho o Valeriano Gómez.

Lo cierto es que se lleva creando empleo a partir del segundo semestre desde 2009, y vamos camino de tres sin que la situación haya cambiado. Porque vamos a ser honestos con los casi 4,3 millones de parados que hay en España: para que haya una reducción significativa en la tasa de paro, España debe crecer a ritmos del 2-3%. Algo que no se logró en 2009, 2010, ni se logrará en 2011 ni en 2012, atendiendo a las previsiones.

Sí que puede haber caídas en el número de parados en mayo, junio y julio por el refuerzo de la contratación para encarar la temporada de verano, pero nada más. También es cierto en que se ha producido una ralentización del ritmo de destrucción de puestos de trabajo (20.000 desempleados menos si se compara 2011 con 2010), pero eso no es nada prometedor ni halagüeño.

La creación o destrucción de empleo no sólo obedece a la coyuntura Es cierto que hemos atravesado una de las peores crisis de la historia, pero Alemania, Francia, Italia, Grecia o Irlanda también, y el ritmo de destrucción de puestos de trabajo no es comparable. Según el Eurostat, la tasa de paro en España es del 20,4%, volviendo a liderar el ranking europeo.

El problema de España sigue siendo estructural. Las reformas que se han puesto en marcha no han sido capaces de acelerar el crecimiento y, por lo tanto, la creación de puestos de trabajo, mientras que la reforma laboral no ha servido de aliciente para aumentar la contratación. Como ejemplo, el preocupante hecho de que la Seguridad Social siga perdiendo afiliados por octavo mes consecutivo.

Si el panorama no es nada alentador ahora aparecen nuevos nubarrones, como la subida del precio del petróleo y su principal consecuencia: una subida de tipos de interés que a una España que todavía no ha terminado de iniciar su recuperación la pone en una difícil situación.

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