Jóvenes desempleados paralizan la producción de fosfatos en el sur de Túnez

Grupos de jóvenes y desempleados paralizaron hoy la producción de fosfatos en la cuenca minera de Gafsa, situada en el[…]

Grupos de jóvenes y desempleados paralizaron hoy la producción de fosfatos en la cuenca minera de Gafsa, situada en el sur Túnez y una de las principales fuente de riqueza del país, informaron a Efe dirigentes sindicales.

Según las mismas, los congregados protestan desde el sábado por la exclusión de los recién licenciados de una convocatoria de 1.700 plazas para acceder a la administración de la Compañía de Fosfatos de Gafsa (CPG).

"Las movilizaciones han paralizando tanto la administración de la compañía CPG como la extracción y el transporte de fosfatos en las localidades de Medila, Redeyef y Metlaui", las más importantes de la zona, explicó la fuente.

"Las protestas se iniciaron el pasado sábado en la ciudad de Medila, que procesa el fosfato a nivel químico, con el bloqueo de las carreteras, lo que impidió el acceso de los trabajadores a las fábricas que quedaron inactivas", agregó.

La fuente, que prefirió no ser identificada, detalló que las movilizaciones crecieron en intensidad el domingo, día en el que se cortó al tráfico rodado con barriadas y sentadas el resto de las carreteras que llevan a las minas, a la zona de carga y a las instalaciones de proceso.

"No queremos que la producción de fosfatos se paralice, pero tenemos que enviar un mensaje al gobierno para que comprenda que la situación de los parados es grave, que no podemos quedarnos inactivos, así como denunciar que el propio Estado está ausente en la región", agregó.

La región de Gafsa, bajo protestas sindicales desde 2008, fue uno de los corazones de la movilización popular que desencadenó en 2011 la llamada "revolución del jazmín" y la caída de la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Ali.

Túnez es escenario continuado de manifestaciones y huelgas desde que en enero de 2015 se constituyera el primer gobierno postransición.

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Según diversas fuentes, en los diez meses del actual año ha habido más de 1.500 movilizaciones sindicales en todo el sector, en su mayoría para demandar subida de salarios y nuevos puestos de trabajo.

Azotado por el yihadismo en 2015 -tres atentados segaron la vida de 72 personas, 60 de ellas extranjeras, y hundieron una de sus principales fuentes de riqueza, el turismo-, está sumido en un grave crisis económica y social, con el paro desbocado y la alta inflación como síntomas.

La semana pasada, el muftí de la República, jeque Othman Battikh, máxima autoridad religiosa, pidió a los tunecinos que abandonen las protestas y la huelgas y se esfuercen en la reconstrucción social y económica del país.

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