Hacia los cuatro millones de parados y más

Si, como dijo Zapatero, la economía no es sólo dinero, sino un estado de ánimo, las cifras del paro que[…]


Si, como dijo Zapatero, la economía no es sólo dinero, sino un estado de ánimo, las cifras del paro que ayer difundió el Ministerio de Trabajo aconsejan ir al doctor y pedir Prozac a toneladas. Enero fue un mes histórico en destrucción de empleo: casi 200.000 personas se quedaron sin trabajo, lo que subió el número total a más de 3,3 millones. En un año, el paro se ha incrementado en más de un millón de desempleados, lo que supone casi un 50%.


El ritmo de destrucción de empleo es tan alto que lo único que queda es saber es cuándo alcanzaremos la cifra de los cuatro millones. Cifra que el Gobierno ha negado por activa y por pasiva hasta que no ha podido más. De hecho, ante la gravedad de estas cifras, el Ejecutivo ya no descarta lo que sería una tragedia, ante la intensidad y la rapidez con que se modifican las variables macroeconómicas, según la secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo. La misma que hasta hace bien poco aconsejaba a los parados que les guste el alpinismo que aprovechen sus cualidades para limpiar fachadas.

Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del pasado mes, cerca de 800.000 hogares tienen todos sus miembros en el paro. Además, según Trabajo, 2.692.400 familias tienen un parado, un 57% más que hace un año.

Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ofreció ayer "seguridad" a las personas que están perdiendo su puesto de trabajo porque, ha reiterado, en dos meses, a partir de marzo y abril, comenzarán a crearse puestos de trabajo gracias a las cerca de 32.000 obras públicas previstas. El problema es que el empleo que se cree, además de insuficiente, va a ser temporal hasta que los ayuntamientos terminen los proyectos, y precario, porque está vinculado a proyectos dentro del sector de la construcción.

Cualquiera que lea detenidamente los datos que proporciona el Ministerio de Trabajo verá que dónde más se destruye empleo es en el sector servicios y en la industria. Ya no se trata de un paro vinculado al estallido de la burbuja inmobiliaria, sino que revela las virtudes de las que adolece la economía española: la competitividad y la productividad. El sector servicios tira ya del carro y la industria hace tiempo que dejó de ser clave en el crecimiento. El ejecutivo tendrá que hacer encaje de bolillos para encontrar un sector en el que basar el aumento del PIB.

Otro dato preocupante es el gasto por las prestaciones por desempleo. Ha aumentado un 63% en último año. El próximo mes de julio se cumplirá un año desde que la destrucción de desempleo comenzó a dejar sin trabajo a ciento de miles de personas. Muchas de ellas son cabezas de familias que dejarán de cobrar el subsidio por desempleo, lo que será el auténtico drama dentro de poco.

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En estos casos, ¿cómo creará Zapatero puestos de trabajo en los que pueda recolocar a este tipo de trabajadores del que depende toda una familia? De momento, el presidente ha pedido a los empresarios y administraciones públicas que den prioridad a la contratación de parados que lleven más tiempo cobrando la prestación por desempleo.

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