Esperanza y el quítame allá esa hipoteca

Algunos políticos deberían empezar a sopesar lo oportuno de sus palabras. Que la mayoría prometen lo que no pueden cumplir,[…]

Algunos políticos deberían empezar a sopesar lo oportuno de sus palabras. Que la mayoría prometen lo que no pueden cumplir, ya lo sabemos todos. Nos causan poco impacto los anuncios de planes millonarios de ayuda a tal o tal sector, a los ayuntamientos... No nos vemos identificados. Otra cosa es que los ciudadanos podamos ver esa promesa al alcance de la mano. Cosas concretas como los 2.000 euros para el "buga" nuevo, o el cheque bebé nos llegan más directamente.

Por eso es muy importante que con estas ayudas y planes, tan concretos, los políticos sean muy prudentes. Sobre todo cuando la peña está muy desesperada y necesita la medida como agua de mayo. Es lo que ha pasado con el anuncio de la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, de modificar la ley de Hipotecas y, además, con carácter retroactivo.

La presidenta quiere suprimir la obligación legal de responder con todos los bienes del hipotecado en caso de que por embargo hipotecario el precio de la vivienda no cubra la deuda. Esto es lo que pasa en Estados Unidos y en otros Estados de cultura anglo-sajona.

Sería un alivio importante para que quienes están en paro, además de perder su vivienda tienen que pagar el importe de deuda que no se ha conseguido con la subasta pública. Pero, sin entrar a averiguar si esto sería constitucional, de lo que no cabe duda es que el objetivo parece complicado en todas sus facetas: jurídica, administrativa, económica... Lo suficientemente complicado como para que se tenga muy claro antes de anunciarlo.

La medida es de calado y no parece que sea el reducido recinto de una autonomía el marco adecuado para tratarlo. Acotar la obligación de reponer la deuda al valor se subasta o venta del piso, algo que ya sucede con la responsabilidad de los socios en las sociedades anónimas, es un tema de ámbito nacional y precisa de un acuerdo entre todos los partidos políticos.

El anuncio de Aguirre más bien parece una patochada para mantener viva la atención de los votantes, al menos hasta las elecciones.

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