El fracaso de la protección por desempleo aumenta la desigualdad, dice Funcas

El bajo nivel de cobertura del régimen de protección por desempleo en España ha sido la principal causa del "extraordinario[…]

El bajo nivel de cobertura del régimen de protección por desempleo en España ha sido la principal causa del "extraordinario e inédito" aumento de la desigualdad durante la crisis, de acuerdo con la revista Panorama Social, editada por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

En su artículo para la revista, los profesores Pau Marí-Klose y Álvaro Martínez Pérez aseguran que la crisis ha afectado "desproporcionadamente a colectivos vulnerables sin que el Estado social acudiera a su rescate o, al menos, lo hiciera de manera efectiva".

Los profesores destacan que las grandes prestaciones dependen en gran medida de las contribuciones realizadas a la Seguridad Social, de forma que el derecho a cobrar está ligado a un mínimo de cotización y la cuantía depende de las aportaciones previas.

Asimismo, señalan que el peso de las pensiones no contributivas es bajo, lo que unido a lo anterior, provoca que segmentos amplios de la población con trayectorias laborales cortas o intermitentes, o que hayan trabajado en la economía sumergida, estén especialmente expuestos a la desprotección, como es el caso de jóvenes, inmigrantes y mujeres.

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En este contexto, "la última malla de seguridad" para estas personas ha estado en sus familias y en los recursos asistenciales ofrecidos por autonomías y ayuntamientos, además las ONG.

No obstante, los autores señalan que la política de recortes ha obligado a muchas comunidades autónomas a disminuir los recursos públicos destinados a estos programas, endureciendo las condiciones de acceso a los subsidios, lo que ha provocado que solo uno de cada tres hogares sin ingresos perciba estas rentas mínimas.

Al respecto, subrayan que el gasto en euros constantes ha pasado de 55,74 euros por habitante en 2007 a 43,28 euros en 2014.

Esto ha provocado que la desigualdad haya crecido en España a ritmos superiores a los registrados en las primeras legislaturas de los gobiernos de Margaret Thatcher en el Reino Unido o Ronald Reagan en Estados Unidos.

Marí-Klose y Álvaro Martínez añaden que desde un punto de vista político no es rentable destinar más recursos a estos programas, puesto que no ayuda a recabar el voto de la clase media, "generalmente poco proclive" a expandir gastos sociales de los que no esperan beneficiarse o que van dirigidos a colectivos que, en su opinión, no merecen las ayudas que reciben.

Los autores destacan especialmente la baja protección social existente en España para las familias con niños, una de las causas de que la pobreza infantil y juvenil haya aumentado a mayor ritmo en los años de crisis, sobre todo la llamada pobreza alta (la que se establece por debajo del 40 % de la mediana de ingresos equivalentes).

Señalan que, a pesar de ello, los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) muestran que la sociedad española da prioridad a las personas mayores y a las familias con mayores dependientes a su cargo a la hora de elegir el colectivo que tendría que disfrutar de una mayor protección social.

Sin embargo, los profesores explican que el nivel de pobreza de los mayores de 65 años ha descendido en los años de crisis como resultado de la disminución de la mediana general de ingresos y de la incorporación a la jubilación de personas con pensiones más altas, gracias a carreras laborales más largas y a la mejora de las bases de cotización.

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