Ontario (Canadá) comprará trenes a Alstom por los problemas de Bombardier

La provincia canadiense de Ontario anunció hoy comprará trenes ligeros a la compañía francesa Alstom por valor de 528 millones[…]

La provincia canadiense de Ontario anunció hoy comprará trenes ligeros a la compañía francesa Alstom por valor de 528 millones de dólares canadienses (385 millones de dólares estadounidenses), ante las dudas de que Bombardier pueda cumplir un contrato con la ciudad de Toronto.

Bombardier tiene un contrato en vigor para proporcionar 76 unidades de tren ligero por valor de 770 millones de dólares canadienses (562 millones de dólares estadounidenses) para dos proyectos en el norte de Toronto, pero la compañía canadiense ha incumplido plazos de entrega del pedido.

El Gobierno de Ontario anunció hoy que recurrirá al principal rival de Bombardier, Alstom, para asegurarse de que las líneas de tren ligero que está construyendo el consorcio denominado Metrolinx estarán listas para su apertura en 2021.

Alstom proporcionará un total de 61 unidades de tren ligero, según anunciaron hoy las autoridades canadienses.

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"Durante los últimos meses, Metrolinx ha tenido graves preocupaciones sobre la capacidad de Bombardier de entregar vehículos de calidad de acuerdo con el cronograma del contrato", explicó hoy el ministro de Transporte de Ontario, Steven Del Duca.

Del Duca puso como ejemplo de los problemas la unidad de pruebas que Bombardier entregó con meses de retraso y sin capacidad de desplazarse de forma autónoma.

Pero Bombardier, que también tiene problemas con otro contrato que tiene con la ciudad de Toronto para el suministro de tranvías, aseguró que cumplirá con los plazos del contrato.

Bombardier afirmó en un comunicado que "en los últimos ocho meses hemos cumplido con todos las entregas importantes" y que está segura de que "los vehículos pueden estar listos antes de su plazo de entrega y mucho antes de que se hayan instalado los raíles".

Bombardier, uno de los mayores fabricantes del mundo de material ferroviario y aeronáutico, atraviesa por dificultades económicas y graves problemas de imagen.

La compañía, que ha anunciado el despido de 14.000 empleados en todo el mundo, ha tenido que recibir centenares de millones de dólares en ayudas públicas para sacar adelante su más ambicioso programa aeronáutico, la Serie C de reactores, que está plagada de retrasos y problemas.

La semana pasada, Bombardier se vio envuelta en una polémica cuando decidió aumentar los salarios y compensaciones económicas a sus principales ejecutivos un 50 %, a pesar de la situación deficitaria de la compañía.

Esta semana, dos grandes accionistas de la compañía anunciaron que retiraban su apoyo al presidente ejecutivo de la compañía, Pierre Beaudoin, cuya familia controla la compañía.

Beaudoin anunció el jueves que renunciaba al puesto de presidente ejecutivo pero que se mantendrá como presidente "no ejecutivo" de la compañía.

También ayer, Bombardier informó de que, en el primer trimestre del año, perdió 31 millones de dólares, un 77,5 % menos que en el mismo periodo de 2016.

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