Los bancos americanos miran por encima del hombro a los europeos

Los resultados de JP Morgan y Citi sorprenden positivamente a los analistas, reflejando una realidad que contrasta con la peor situación de sus homólogos españoles y europeos

Dos de los mayores bancos estadounidenses, JP Morgan Chase y Citi Group, sorprendieron al mercado el martes al presentar unos resultados del tercer trimestre mejor de lo esperado por los analistas.

En medio de una pandemia que ha provocado una contracción económica mundial, JP Morgan, la mayor entidad de Estados Unidos, anunció un incremento de los beneficios del 4 por ciento hasta los 9.444 millones de dólares, gracias a la subida del 30 por ciento de los ingresos de su área de trading.

Asimismo, la entidad también destacó con el recorte de sus provisiones para créditos morosos en 569 millones de dólares, tras añadir 20.000 millones en el primer semestre.

La operativa bursátil impulsa a las entidades americanas

Algo parecido sucedió con Citi, que también dio la sorpresa al informar de unos resultados mejores de lo esperado gracias al buen desempeño del área de trading y a la reducción de las provisiones.

En concreto, Citi anunció un beneficio por acción de 1,40 dólares, lo que supone una caída del 32 por ciento con respecto al mismo trimestre del año anterior, pero muy por encima de los 93 centavos esperados por el mercado.

Asimismo, las provisiones para créditos morosos de la entidad bajaron hasta los 2.300 millones de dólares, muy por debajo de los 7.900 millones destinados a este tema, el trimestre anterior.

Un negocio cíclico

Aun así, la banca es un negocio muy cíclico que sufre cuando hay recesión económica y, por ello, ninguna de estas dos entidades americanas ha podido escapar a los números rojos este año.

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JP Morgan cae en bolsa un 27 por ciento en lo que va de año y Citi, un 44 por ciento.

Si bien, su delicada situación contrasta con la de la banca europea, mucho más precaria, tanto en bolsa como por fundamentales.

La banca europea, mucho peor

En el capítulo bursátil, por ejemplo, Santander cede un 56 por ciento y BBVA, un 54 por ciento, que se suman a un goteo continuo que ambas entidades viven desde la crisis de 2008 (a diferencia de JP Morgan, que tocó máximos históricos en 2019).

Pero, ¿qué justifica estas diferencias en el desempeño de los bancos a ambas orillas del Atlántico?

Los expertos explican que el motivo fundamental es la diferente evolución que han vivido los tipos de interés en los Estados Unidos y en Europa.

Así, mientras que en Europa llevamos más de una década con ellos totalmente deprimidos, en los Estados Unidos se han mantenido en cotas más que aceptables para el negocio bancario hasta que la pandemia tocó tierra (cuando la Fed los redujo a niveles cercanos al cero, como en Europa).

“En Estados Unidos, hasta que llegó la pandemia han estado viviendo con tipos de interés positivos y bastante positivos. Y los tipos son el corazón del negocio bancario. Hace un año o dos, estaban al 2 por ciento. Fíjate si ahí puede haber margen para las entidades”, explica Jesús de Blas, de Bankoa Crédit Agricole.

La incidencia de los tipos de interés en el negocio bancario

Y es que los tipos inciden directamente en la rentabilidad de las entidades, según relata Nuria Álvarez, de Renta 4: “El problema no es de liquidez o de capital, es de rentabilidad. En España, los bancos tienen un ROE del 3-4%, por debajo del coste del capital. Y para que un negocio gane dinero, la rentabilidad del mismo tiene que estar por encima del coste del capital”.

Asimismo, otro factor diferencial es que los grandes bancos americanos tienen en la banca de inversión una de sus principales patas, mientras que los bancos españoles se dedican principalmente a la banca minorista.

(Recordemos que ha sido el negocio de la operativa bursátil el que ha brillado en las cuentas de Citi y JP Morgan, este trimestre).

Asimismo, la banca minorista allí es diferente: “Se trabaja más a crédito que a débito y hay muchos préstamos al consumo”, explica Nuria Álvarez, de Renta 4.

Pero el problema es que esta situación va para largo: “No hay expectativas de recuperación sostenida del ciclo que permitan vislumbrar una subida de tipos”, dice Álvarez.

“Estamos en un entorno macro muy débil y, sobre todo, muy incierto. Porque, más allá de tener asumida la contracción económica de 2020, el problema es que no sabes el resultado de 2021. Hay una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento económico para 2021. Y eso es lo que está recogiendo el mercado”, apostilla esta experta.

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