La banca quiere compartir presencia en los pueblos sin oficinas

El presidente de la patronal admite que «no se pueden descartar» más clausuras de sucursales, aunque el recorte de plantillas se modera

Con más de un millón de españoles sin acceso a sucursales bancarias en los municipios donde residen, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ha propuesto una solución para que estos ciudadanos puedan seguir contando con los servicios de sus diferentes sucursales a través de acuerdos de colaboración entre las las entidades para que acudan a esas localidades en las que ya ninguna de ellas disponen de oficinas. Se trata de alcanzar a «esquemas cooperativos de ofrecimiento de servicios financieros básicos», ha indicado Roldán tras la asamblea anual de la organización.

La fórmula planteada por la patronal de la banca se basaría en programas pactados entre las entidades para que lleguen a los municipios sin oficinas de forma periódica -una o varias veces a la semana- «de forma rotatoria» para que todos los bancos se impliquen en evitar la exclusión financiera. «Los procesos cooperativos pueden tener sentido para el mundo rural en el que va a ser difícil que ya tengan acceso a la presencia bancaria física permanente», ha advertido José María Roldán. Esta vía ya se encuentra muy desarrollada en otros países como Estados Unidos y Canadá, donde existen amplias zonas geográficas sin sucursales en sus poblaciones.

Roldán ha puesto sobre la mesa esta posibilidad porque, tal y como ha avisado, el proceso de cierres no va a parar. No ocurrirá lo mismo en el caso de los recortes de personal del sector, que se ha reducido un 32% desde los registros máximos de 2008, y cuyo drenaje «ya se está estabilizando», aunque continúa el goteo de salidas de empleados voluntarias o forzosas. Pero en lo que se refiere a la clausura de sucursales «siguen los procesos de reducción y no se puede descartar que continúen» en el futuro.

Las últimas estadísticas del Banco de España al respecto indicaban que más de la mitad de los pequeños municipios de todo el país ya no tienen sucursal en sus territorios. Un problema que afecta al 2,5% de toda la población, medio punto más del padrón en comparación con lo que ocurría hace una década, lo que ha implicado que casi 250.000 personas se hayan visto incluidas en este colectivo durante la crisis. La sangría de entidades financieras es más acentuada cuanto más pequeño es el municipio de que se trate. Por ejemplo, el abandono bancario es prácticamente total en los pueblos de menos de 100 habitantes, donde la falta de sucursales roza ya casi el 100% del total, según el informe del supervisor. Son casi 1.300 municipios sin bancos. En el caso de las poblaciones de entre 100 y 500 habitantes, la ausencia de sucursales alcanzaba un 75% en 2016, frente al 70% contabilizado una década antes. Para los municipios con entre 500 y 1.000 vecinos censados, ya hay un 39% sin oficinas frente al 27% de diez años antes. E incluso para aquellos lugares con más de 1.000 y hasta 10.000 ciudadanos, en muchos casos se ha duplicado el cierre de entidades durante los años de la última gran crisis financiera.

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Reclamaciones al sector

En el balance anual de la organización, en cuya presidencia ha sido renovado el cargo de Roldán para otros cuatro años más, la patronal se ha mostrado «sorprendida» por el nivel de litigios que ha tenido que afrontar la banca en los últimos años como consecuencia, fundamentalmente, de los conflictos hipotecarios como el de las cláusulas suelo. «No estamos preparados» para esta situación, ha reconocido Roldán, por el elevado número de casos judiciales colectivos que se han movilizado durante la crisis contra la banca. El presidente de la AEB se ha mostrado contrario a que las resoluciones del Banco de España sobre las reclamaciones de los clientes sean de obligado cumplimiento para las entidades «por las dudas legales» al respecto, y ha instado a solucionar estas quejas a través de procesos de arbitraje ajenos a la Justicia.

Durante su comparecencia ante los medios posterior a la asamblea de la AEB, José María Roldán también ha defendido la necesidad de subir los salarios de los trabajadores, aunque con matices. El presidente de la patronal bancaria ha reconocido que sería «inaceptable» que se dieran diferencias intergeneracionales en materia de salarios. «Hay que reflexionar sobre qué podemos hacer para que la recuperación sea más inclusiva y que los jóvenes tengan las oportunidades con las que hemos contado nosotros». Sin embargo, a renglón seguido, ha añadido que también es necesario «acompasar esa mejora del mercado de trabajo con el mantenimiento del superávit por balanza corriente». Esto es, de que la deuda con el exterior no empeore y para ello es clave mantener los costes laborales actuales, que han retrocedido de forma importante durante los seis últimos años.

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